Iglesia de Santa María (Arjona)

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Arjonasantamaria02.jpg

Denominación

Iglesia de Santa María

Localización

Siglo XVII

Cronología

Plaza de Santa María, Arjona

Arquitecto

Propiedad

Eclesiástica

Catalogación


La iglesia de Santa María de Arjona está situada en la plaza de Santa María, de esta localidad.

A 458 metros de altitud, en la cúspide más elevada de las diversas colinas en que se asienta la ciudad, destaca la Torre-campanario de esta iglesia de Santa María de los Reales Alcázares.

Historia

En la época romana, se enclavaba el alcázar y templo romano cuando Arjona era Municipio Albense Urgavonense, uno de los más importantes de la provincia Bética de la Roma Imperial.

Con los visigodos pasó a ser parroquia.

Con los árabes dominando España (711) se convierte en mezquita.

En 1244 el rey Fernando III el Santo, tras pactar con Alhamar la entrega de la ciudad la instaura nuevamente en templo cristiano.

Fue parroquia hasta 1843, fecha en que dejó de serlo y quedó como santuario de los Patronos, los Santos Bonoso y Maximiano.

En 1940, se comenzó su reconstrucción de los desperfectos que sufrió durante la guerra civil española.

Consta de una sola nave rectangular, coronada en forma de crucero y de estilo románico-gótico. Presenta dos portadas, una puerta al norte y otra al poniente.


Santa María, antes de 1936

Portada de la Iglesia de Santa María

La entrada principal era la que daba a la plaza de su nombre, como en la actualidad. Se tenía acceso a la iglesia por un cancel de cuarterones con dos puertas pequeñas. A la derecha, según se entraba, estaba la pequeña capilla de Santa Rita, con un retablo igual al de la ermita de las Reliquias, aunque más pequeño. En la hornacina central, la imagen de la santa, de unos setenta centímetros, muy antigua.

Al lado izquierdo del altar estaba la imagen de la Virgen de Lourdes, y al lado derecho un San Bernardo de un metro de altura. En ambos rincones unas mesas pequeñas con las imágenes del Resucitado y la Sagrada Familia.

Pasando esta capilla, a los pies de la nave y junto al cancel de la puerta que da al aljibe, estaba la capilla baptisterio, con una reja de madera. Dejó de utilizarse al ser suprimida como parroquia por la ley de Mendizábal.[1]

Pasado el cancel estaba la escalera del coro. Debajo de ésta están todos los huesos y restos que no dieron señales milagrosas el año 1628 al ser clasificados por orden del Cardenal D. Baltasar Moscoso y Sandoval.

El coro, muy espacioso tenia un buen órgano de fuelles y un armonium que estuvo utilizándose hasta 1936.

1936: Incendio de la iglesia

Al proclamarse en España la segunda República el 14 de abril del 1931 empezaron en Arjona los primeros disturbios y la persecución religiosa.

En 1932, en el mes de febrero, se derribaron las Cruces que había colocadas desde 1628 en el recinto amurallado de Santa María. Esto ocurría el domingo día 14 de febrero durante la misa de 12 que celebraba el Capellán de los Santos, D. Cristóbal Segovia Valero, quien al salir de misa y ver las Cruces por el suelo cogió la que estaba, y sigue estando en el centro de la plaza llamada de Montefrio y se la echó al hombro y arrastrando se la llevó a su casa hasta 1934, que se volvió a colocar en su sitio.

Los primeros años de República, se prohibió en Arjona tocar las campanas, las procesiones y los entierros.

Cruz en la Iglesia de Santa María.

El año 1932 no hubo procesión de los Santos, ni traslado de Reliquias. Entonces, los jóvenes que asistían a la novena de los Santos idearon trasladar las Reliquias desde su Santuario hasta Santa María de esta manera: hablaron con el jefe de los municipales, y le expusieron la necesidad de trasladar desde las Reliquias hasta Santa María una alfombra grande. Conseguido el permiso, se trasladaron a la ermita seis jóvenes; envolvieron en la alfombra la urna con las Reliquias, la que pasaron por delante de las mismas narices del municipal sin que se apercibiera de nada.

Al día siguiente aparecieron colocadas las Reliquias en el altar, y una vez terminadas las fiestas de los Santos se colocó la urna a los pies de estos en su camarín.

En 1934, decretada la libertad religiosa se colocan de nuevo las cruces, hay procesiones y fiesta de los Santos.

El 18 de julio de 1936 se declaró en España la Guerra Civil. Cinco días después eran asaltadas e incendiadas las iglesias por un puñado de irresponsables.

El 23 de julio de 1936 a las cuatro de la madrugada subían por las escalericas de Santa María tres hombres, venían como del Ayuntamiento, traían en la mano unas latas que poco después se pudo comprobar eran de gasolina.

Cada uno se fue a una puerta y rociadas las mismas le prendieron fuego, siendo esta iglesia de Santa María la primera en ser incendiada, desde allí se fueron hacia San Juan.

Una vez destruidas las puertas de Santa María por el fuego se podía ver desde fuera el interior del templo. Las Capillas de San Francisco, la de las Marías y el Santo Entierro, ardían con furiosa llama. Las tres Marías ardiendo, sus ropas se desplomaron sobre el suelo. No se pudo entrar hasta pasados seis días por el calor que desprendían los muros calcinados y humeantes.

El enterramiento de D. Bartolomé Lopiz debajo del camarín de los Santos quedó intacto, solamente los azulejos de las paredes quedaron ennegrecidos. El camarín era un montón de cenizas calientes. Los barrotes de las rejas de las capillas del Carmen y los Valenzuelas quedaron completamente retorcidos y lo mismo el púlpito.

A los pocos días destrozaron la lápida del panteón de Don Bartolomé, sacaron el ataúd y dejaron a la vista el cadáver, que se encontraba momificado, teniendo a los pies el cadáver de una hija suya fallecida a los pocos meses de nacer. Al transcurrir mas de un mes y no se le daba sepultura, Juana Garrido, esposa de Manuel Cobo, habló con Tomas Melero, para que, como responsable de la Cruz Roja, lo trasladara al cementerio y de nuevo lo sepultara.

En lo que fue altar del Señor de las Aguas, en lo alto, había una hornacina con la imagen de Santiago, ecuestre, que era de yeso y quedó colgada sin cabeza. También sacaron de su enterramiento el cadáver de D. Francisco Navarro y lo trasladaron al cementerio.

Torres y campanas

Torre y campanas de la Iglesia de Santa María.

En septiembre del mismo año castigaron al maestro de obras del Ayuntamiento, D. Antonio Merlo, a tirar la torre de Santa María. Las campanas se las llevaron a la fundición Nájera de Linares, que estaba incautada por el gobierno donde fueron fundidas.

Las cruces también fueron llevadas a la misma fundición y salvadas gracias a D. Diego González Fernández, que fue destinado a trabajar a dicha fundición, al verlas habló con el gerente de la empresa para que no se fundieran. Al terminar la guerra, este señor dijo donde se encontraban las cruces, fueron por ellas, y se colocaron en su sitio.

Las cruces que había colocadas en el patio del Hospital, Cuesta de Berrios (que fue derribada en el año 1992 y desapareció sin saberse su paradero) y en el Tres de Oros, son las que habían en la puerta del cementerio, final de un Vía Crucis.

Al llegar el invierno a causa de las lluvias, se desplomaron las dos ultimas bóvedas de la nave, la del coro y la anterior. Las puertas se tabicaron por amenazar ruina toda la fábrica del templo.

1939: Reconstrucción

Terminada la guerra, lo primero que se piensa es en la reconstrucción de las iglesias, pero no hay medios. El Ayuntamiento, con D. José Gil Fuentes a la cabeza, lo primero que hace es encargar nuevas imágenes de los Santos Patronos al escultor valenciano residente en Jaén, Ramón Mateu.

Se tienen varias reuniones en el Ayuntamiento a las que asiste el Prior de San Juan, D. Juan Antonio León García, para ver la manera de conseguir dinero, pues es mucho lo destruido. Se nombra una Junta Pro-destrucción de Templos, nombrando como asesor en arte a D. Cecilio Barberán. Y se acuerda poner un impuesto al vino, única manera de recaudar fondos para la reconstrucción de la iglesia de Santa María.

En julio de 1939 el Ayuntamiento se encarga de desescombrar Santa María y prepararla para las inminentes fiestas de los Santos. La puerta de madera de la ermita de San Rafael, del Llano, se coloca en Santa María, el suelo se allanó con arena y se trajeron los bancos de San Martín, que fueron salvados del fuego y estaban en el Carmen.

En la ventana de la Capilla del Hierro se colgó una campana de las de San Martín, instalando en dicha capilla la sacristía para la novena y la fiesta de los Santos. En el Altar se colocó un lienzo de los Santos, las paredes se cubrieron con los damascos de los doseles que se habían salvado y en el centro la urna de las Reliquias.

1940

Iglesia de Santa María.

En este año de 1940 comenzaron las obras de reconstrucción, se cubrieron aguas, se enlucieron con yeso las paredes del presbiterio y se colocaron los peldaños del mismo.

Las imágenes de los Santos llegaron a Arjona el día 1 de agosto sobre las tres de la tarde en el camión del Despacho Central de Renfe, y subidos a la ermita de las Reliquias. Esa misma noche a las diez se descubrieron y sacaron de los cajones, asistiendo el Sr. Prior (D. Juan Antonio León García), D. Basilio Martínez Ramos, D. Bonoso Baena Córdoba, D. Rafael Muñoz-Cobo, D. Mariano Cañones Cantero, D. José Gil Fuentes y D. Antonio Merlo (maestro de obras del Ayuntamiento), D. Diego González Chincolla y un buen numero de mujeres.

La bendición de las imágenes de los Santos estaba prevista para el domingo día seis de agosto a las ocho de la tarde.

La ceremonia se hizo así:

En el cancel de la ermita de las Reliquias se colocaron los santos en un altar y la portada se cubrió con una gran cortina roja. Asistió el Ayuntamiento en pleno con banda de música y mucho público. En la calle se preparó una mesa revestida con el acetre y demás ornamentos. El Prior, D. Juan Antonio León García, revestido de alba y estola roja, y D. Basilio Martínez Ramos, con roquete. Antes de la bendición dirigió unas palabras a los asistentes D. Juan Antonio León, alusivas al acto. Una vez terminado se procedió a descorrer la cortina y a la bendición de las nuevas imágenes de los Santos. Al aparecer las imágenes fue impresionante el silencio, la banda tocó el himno Nacional, el himno a los Santos y se dieron los primeros vivas a los Santos y hasta se lloró.

Terminado el acto, el público fue pasando por delante de las imágenes para contemplarlas mejor y añorar las perdidas. Después se llevaron al altar y se colocaron a un lado y otro del mismo.

De momento se hicieron unas gestiones para hacerles unas andas, dada la proximidad de las fiestas. Bonoso Baena indicó que en casa de los Sres. de Aizpuru se encontraba el carro procesional de la Pura del Cura Morales de la parroquia de San Martín. Allá que fueron Juan Sierra y Pepe Segovia y en tres días hicieron las andas que estuvieron listas para el día 21.

De Jaén se trajo unas andas de plata perteneciente a la Virgen de la Antigua de la Catedral para la urna de las Reliquias y dos faroles grandes y dos pequeños para alumbrar en la procesión del día 21.

1941

Monumento al Rey Alhamar en las proximidades de la Iglesia de Santa María.

Terminadas las fiestas se reanudaron las obras. La construcción de la torre se comenzó el día 1 de septiembre y se terminó el treinta del mismo mes y año, por la tarde el día treinta se colocó la veleta, obra del artesano local D. Diego González Fernández, asistiendo a este acto Paco Jiménez Cantero, que metido en una espuerta de los albañiles fue, a petición propia, subido y bajado de la torre.

Las obras siguen a buen ritmo, y, posiblemente, por la escasez de medios, se suprimen las capillas de San Francisco, la del Señor Muerto y el camarín de los Santos.

En el altar mayor se coloca un retablo muy pobre estilo ojival obra de Rivera García de Sevilla, y en él la imagen de la Virgen del Alcázar obra del mismo autor del retablo.

Se restaura el púlpito con los barrotes de la reja de la Capilla de la Virgen del Carmen. Se hacen unas lámparas, Vía Crucis y apliques para la capilla de los caídos y cuatro hacheros de un metro de altos, también obra del señor González Fernández.

En 1942, se dan por terminadas las obras y se encarga un nuevo retablo para el altar mayor estilo gótico a la casa Garcés de Valencia, con hornacina para los Santos, muy reducida, tanto es así, que tan solo estuvieron un año en ella las imágenes, quedando después colocados en sus andas a los lados del altar. Coronando el retablo la imagen de la Virgen del Alcázar.

El día 11 de agosto estrenan los Santos nuevas andas, obra de los artistas locales, Juan Sierra y José Segovia, inspiradas en las antiguas hechas en Murcia y costeadas por D. José Morales. Las nuevas, por Dª Ana Paz Morales.

Estas andas se estuvieron utilizando hasta el año 1983, ya que este año se estrenaron, el 11 de agosto para el primer traslado, unas andas nuevas, obra del artesano y artista local D. Juan Jiménez Aguayo, que costaron un millón de pesetas y se costearon gracias a una campaña de donación de litros de aceite, que luego las cooperativas olivareras del pueblo entregaron en dinero.

Asimismo se contribuyó también con la recaudación resultante de tres días de representación de la Obra de Carlos Arniches, "Los Caciques" que se presentó en la plaza de Santa María y que fue puesta en escena por un grupo de jóvenes, que el año anterior habían representado "La Comedia de los Santos" en ese mismo lugar, siendo Hermano Mayor, Antonio Barrio Ortega. Este grupo se legalizó en 1984 y se llamó "Alba-Urgavo", representando después durante mucho tiempo abras de teatro para las Fiestasantos sucesivas. En las fiestas de 1997 también fue representada "La comedia de los Santos" que se llevo a cabo del 14 al 17 de agosto delante del Santuario de las Reliquias, y que aportó una recaudación en taquilla de 1.011.500- Ptas. que fue destinada íntegramente a la restauración del tejado de la Parroquia de San Juan, comenzado el 1 de julio de este mismo año. La entrada costó 500- Ptas. Para esta representación se preparó un gran escenario de madera que iba, desde la lonja de la derecha del Santuario, hasta casi la puerta de la casa de los santeros, escenario que se montó ante el Santuario de Las Reliquias.

Pero volviendo a lo que nos ocupa, el primer retablo, obra de Rivera García pasó después a la capilla de los Santos, donde se colocó después la Virgen de los Dolores, tiempo que permaneció en Santa María, hasta la terminación de San Juan.

Las campanas que hay en la torre campanario de la Iglesia de Santa María, son las de la parroquia de San Martín, que fueron derribadas para llevarlas a la fundición de Linares y por un olvido inexplicable se salvaron. La pequeña, que tenía la inscripción

SANTE RAYMUNDI NONNATO ORA PRONOBIS

Se rajó al caer, al fundirla de nuevo se le puso:

SANTA MARIA DEL ALCAZAR, ARJONA AÑO 1960, SIENDO PRIOR DE SAN MARTIN D. BASILIO MARTINEZ RAMOS


Localización

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Referencia

El contenido de este artículo proveniente de la www.portalarjonero.com ha sido cecido por su autor Alfonso Nieves, para su publicación.
  1. Por la ley de Mendizábal se amortizaba una de las tres parroquias, por lo que quedaron solo S. Juan y San Martín. Para que no desapareciesen los cultos en Santa Maria se trasladaron allí las imágenes de los Santos.

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