Calle Martínez Molina (Jaén)

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La calle Martínez Molina se encuentra a mitad de camino entre el barrio de La Merced y San Juan. Es una de las columnas vertebrales del barrio antiguo de Jaén, extendiéndose entre la peatonal calle Maestra, y el viejo barrio de la Magdalena. Esta calle atraviesa las barrios más antiguos de Jaén.

Llegando a la antigua plaza de Rosales, ofrece un remanso para el paseo y el sosiego de los vecinos y los viajeros. En esta plaza, se abre a un pequeño ensanche que sube hasta la calle Almendros Aguilar. Este ángulo permite disfrutar de la vista de pequeñas casonas de arquitectura noble y popular, y de una bella imagen del Cerro donde se encuentra el Castillo de Jaén y su cruz.


Historia

Esta calle milenaria era antaño parte de la llamada Maestra Baja que junto a la conocida como Maestra Alta (Almendros Aguilar) eran las arterias principales de la ciudad ya que unían el barrio de la Magdalena con la Mezquita Mayor (hoy Catedral) y la Merced, aunque la parte comprendida entre la plaza de Santa Maríay la de la Audiencia sigue llamándose Maestra.

El tramo comprendido desde esta última plaza y la de Santa Luisa Marillac (el pato) se le dedicó a este personaje jiennense.

La calle sigue siendo de las que más movimiento ciudadano circula por ella, puede presumir de su historia y de su calor humano desde hace más de mil años ya que por ella han pasado además de los nativos, árabes y judíos, incluso antes de estar formada, por los restos romanos encontrados en varios puntos de la zona demuestra que estos vivieron por aquí. Haciendo un recorrido mental vemos que es parte fundamental de los barrios de San Lorenzo, Santiago, San Bartolomé, San Juan, y el judaico de San Andrés.

Hoy esta calle es paso casi obligado de los que vienen a visitar los Baños Árabes el entorno monumental de la zona así como de los barrios mencionados.


Esta calle conserva algunas casas señoriales como las de los Coello que pertenece a Telefónica, aunque muchas han desaparecido. Su comercio ha sido siempre importante, podemos recordar algunas de sus tiendas casi familiares de antaño como las tabernas de los Parrales, Josito, o Marcelino en este se encontraba la peña taurina Antonio Bienvenida, al principio de la calle estaba la lechería de los hermanos Ignacio y Alfonso Martínez “los pacarros “ que vendían la leche a granel en cántaras y medidas de latón, las tiendas de alimentación, de Sixto, de Oya o la de los “guapos” los ropavejeros, el taller del célebre “hornero de los caños” donde en uno de los pisos del mismo edificio vivió La Niña de la Puebla en la Guerra Civil Española, la confitería La Campana, la heladería “media oreja” el bar La Segunda, zapatería Torres, el Barato la farmacia del nº 35 que actualmente se encuentra en el mismo lugar etc. No podemos olvidar al A.T.S. conocido como “Juanito el prácticamente” que vivió en el final de esta calle, derroche de profesionalidad y bondad, su labor social-sanitaria entre los necesitados en la posguerra fue muy importante.

Edificios desaparecidos

En ella han existido edificios monumentales que desgraciadamente desaparecieron:

  • Nuestra Señora de la Coronada, que regentaban los Carmelitas Calzados. Aquí se fundaron las cofradías de Cristo Yacente y Nuestra Señora de la Soledad en el 1556 y la del Santo Sepulcro y Nuestra Señora de los Dolores en el 1580. Este edificio seria Cárcel Provincial y cine de verano con el nombre de Jalisco y posteriormente Rosales.


Toponimia

Esta calle, de Jaén, recibe su nombre en honor del médico, químico y botánico Don Rafael Martínez Molina, que nació en Jaén en el numero 53 de esta calle el 24 de diciembre de 1816 y falleció el 14 de marzo de 1888, hijo de familia modesta ya que su padre era “barbero sangrador” llego a ser en su tiempo uno de los más importantes médicos de España, se le conocía como “el sabio andaluz” o “la perla de San Carlos” debido a su enorme capacidad de trabajo dirigía varias clínicas a la vez siendo director del Hospital de San Jerónimo de Madrid. Sus primeros pasos académicos los realizó en su ciudad natal graduándose en bachiller, intento estudiar Filosofía pero lo abandono en el segundo curso, pasó a estudiar medicina en Granada y después en Madrid en el Colegio de San Carlos terminando la carrera en el 1845. En el 1853 obtuvo el título de Doctor en Ciencias Naturales, en el 1854 fue nombrado Catedrático de Anatomía de la Universidad de Madrid y Académico de La Real Universidad de Medicina, monto en su propio domicilio un Instituto Biológico para impartir clases. Tiene calles dedicadas en su honor también en Madrid y Alicante.



Localización

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