La Mesa

De Jaenpedia
(Redirigido desde «La mesa»)
Saltar a: navegación, buscar

Localización

Ficha

Denominación del bien: La Mesa.

Otra denominación: La Mesa de la Ribera.

Provincia: Jaén.

Municipio: Alcalá la Real.

Régimen de protección: B.I.C.

Estado administrativo: Inscrito.

Fecha de disposición: 03/04/2007.

Tipo de patrimonio: Inmueble.

Tipología jurídica: Zona Arqueológica.

Boletín oficial: BOJA nº 86 del 03 de mayo de 2007 Página 46.

Historia

Alcalá la Real es un enclave de gran importancia estratégica en el sur de la Península Ibérica. Este hecho y, en especial, el carácter de frontera que tuvo en el pasado han determinado el devenir histórico de la ciudad.

Si bien la ocupación humana en Alcalá la Real está atestiguada desde tiempos tan remotos como el Paleolítico, su papel en la historia comienza a ser relevante en época musulmana. Con anterioridad, existen testimonios de un poblamiento continuado a través de numerosos yacimientos arqueológicos distribuidos por todo el término municipal, que abarcan desde el Paleolítico Medio, el Neolítico, la Edad del Cobre, el Bronce Argárico y el Bronce Tardío, hasta la cultura ibera, la época romana y tardorromana.

Los primeros musulmanes llegaron a Alcalá la Real en el año 713 d.C. ó 94 H. Durante el reinado de Al-Hakem II (822-852 d.C.) destaca, dentro del amplio programa de construcción de este califa, la confección de una red de atalayas para proteger el territorio de las incursiones de los escandinavos (construidas post. 844). La primera conquista de Alcalá la Real por los cristianos tuvo lugar en el año 1074 reinando Alfonso VI (1072-1109). Pero fue el siglo XII el más brillante de la historia musulmana de Alcalá la Real. Su población llegó a cobrar amplia autonomía en ciertos momentos (fue independiente del poder africano —los almorávides— entre 1145 y el 1149). Este protagonismo se debió en gran parte al gobernador de la fortaleza Abd al-Malik. Es en este momento cuando la ciudad alcanza un mayor desarrollo y esplendor en las artes y las letras, destacando la figura de Ibn Said al-Magribí.

Durante los siglos XIII y XIV Alcalá la Real fue sucesivamente conquistada por musulmanes y cristianos. Pero la conquista cristiana definitiva comenzó a finales de 1340 cuando Alfonso XI decidió talar los campos de Alcalá la Real preparando su asalto final e, incluso, llegó a conquistar los arrabales el 20 de diciembre, festividad de Santo Domingo de Silos. Éste fue el motivo de la construcción y advocación de una parroquia en las laderas de La Mota que recibió el nombre de Iglesia de Santo Domingo de Silos. Finalmente, en 1341, con artillería incluida, Alfonso XI conquistó Alcalá la Real. Hasta la conquista del reino de Granada, en 1492, Alcalá la Real se convirtió en un punto de concentración de las tropas que el rey de Castilla utilizaba para realizar sus incursiones.

Descripción

La Mesa se sitúa en el núcleo de Ribera Alta, término municipal de Alcalá la Real. Su nombre está relacionado con la forma amesetada y alargada del cerro sobre el que se asienta, que se extiende hacia el norte bajo el actual caserío. Su situación topográfica favorece a la vez una importante situación estratégica, presidiendo el entorno más inmediato y dominando los cursos del río Frailes, al oeste, y del arroyo de la Fuente, al este, enclavándose en la confluencia de ambos.

El origen del asentamiento parece datar del III Milenio a. C., en plena Edad del Cobre. Sus características topográficas favorecieron una especialización agrícola que haría frente a otros yacimientos cercanos, como San Marcos, con una comunidad eminentemente ganadera. Esta polivalencia productiva favorecería la incorporación de La Mesa en el comercio de las nuevas aleaciones metálicas y una mejor adaptación al posterior fenómeno argárico, ya en la Edad del Bronce.

Aunque en el Bronce Medio se constata un abandono de las poblaciones anteriores y la proliferación de pequeños poblados fruto de la nueva transformación política, en Alcalá la Real sólo se registra el abandono del yacimiento de La Mota I, pudiendo dos importantes poblaciones -La Mesa y La Gineta- alargar su proyección temporal hasta momentos históricos. Ambos yacimientos tuvieron un amplio desarrollo en el momento argárico, compartiendo la peculiaridad de presentarse en espolones estratégicos sobre las vegas respectivas de los ríos Frailes y Palancares, lo que permitió relacionarlos con otros asentamientos argáricos como Monachil o Cerro de los Infantes.

Con la llegada del Bronce Final, ambos sitios encontraron las condiciones perfectas para su desarrollo en función de estos intercambios con las tierras granadinas del sur, donde seguirían vigentes grandes núcleos como el Cerro de los Infantes, o el Cerro de la Mora, en la desembocadura del río Frailes en el Genil. Cuando en la primera mitad del siglo VIII a. C. ambos núcleos iniciaran el intercambio comercial con las colonias fenicias de la costa mediterránea malagueña, el desarrollo de las relaciones económicas se generalizará por completo, pudiendo intercambiar sitios como La Mesa productos agrícolas y ganaderos por los nuevos envases industriales de cerámica, vajilla de lujo, tejidos o manufacturas de hierro. Esta nueva forma de vida quedaba reflejada en las producciones materiales, en las relaciones sociales y políticas, así como en la interpretación religiosa de la propia realidad.

La fase ibérica supondrá una nueva evolución en el sistema económico-social de La Mesa. No se trataría sólo de un cúmulo de rasgos materiales, sino que todos estos fueron posibles por la respuesta de las nuevas jerarquías indígenas por encima de la orientación fenicia que había prevalecido en el período anterior, suponiendo una clara transformación de las estructuras territoriales, sociales, urbanas y materiales.

El Ibérico Final o Reciente representará el aumento de la presión cartaginesa sobre los territorios íberos. En el siglo III a. C. Cartago decide ocupar militarmente el territorio peninsular, lo que impulsaría a su vez la posterior llegada romana. Con el devenir de la Segunda Guerra Púnica, se destruyen la mayoría de las ciudades íberas que habían estado al lado del bando cartaginés. Estas circunstancias parecen reflejarse en el registro arqueológico de La Mesa, estando las monedas cartaginesas que se conocen siempre calcinadas. Esto se une a la falta de cerámicas más modernas en el área principal del poblado, algo que expresaría que fue durante esa guerra cuando se provoca, sino un abandono del yacimiento como castigo a su alianza, sí al menos una clara reducción de su espacio.

Referencias

Información procedente de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía y del Ayuntamiento de Alcalá la Real.

http://www.juntadeandalucia.es/cultura/web/areas/bbcc/catalogo

http://www.alcalalareal.es

Principales editores del artículo

Valora este artículo

0.0/5 (0 votos)