Alcaudete en la Prehistoria
La situación de Alcaudete, en el valle del Guadalquivir, entre la España interior y la mediterránea, hizo que hubiera asentamientos humanos desde los tiempos prehistóricos.
Prehistoria
En el Paleolítico Inferior y Medio hubo clanes o tribus de pocos miembros, que fueran aumentando durante el Paleolítico Superior y el Neolítico. En el término se han encontrado hachas de piedra, puntas de flecha y lascas, pertenecientes a periodos del Paleolítico Inferior, Medio y Superior.
De la Edad del Bronce quedan restos en la Sierra de Villodres, y útiles de piedra. Villodres quiere decir “villa de Ordes”, siendo estos “odres” la denominación que se le daba a las vasijas en donde se depositaban los restos humanos en la Edad del Bronce. En 1972, el tractorista Félix Fernández, en el “Cortijo de la Fuente”, rompió una sepultura en la que se encontró un vaso pequeño, que se probó era argárico.
De la llamada Cultura del Argar ha aparecido en el zona N. del municipio restos como una tulipa argárica y muestras de puntas de flechas y lanzas de bronce.
Protohistoria
Probablemente, los tartesios fundaron y poblaron Alcaudete, aunque no nos quedan restos arqueológicos para demostrarlo.
Tras los tartesios, se asentaron en la zona los túrdulos, que fueron los que dieron estructura social y política al pueblo. Introdujeron el cultivo de la vid y del la vid y del olivo. Se han encontrado restos y monedas de ésta época. De época íbera, existe una necrópolis del siglo VI a.E. En el llamado Cerro Merino, cuya excavación parcial arrojó gran cantidad de urnas cinerarias, decoradas con dibujas o estampilladas; también aparecieron fíbulas, vidrio púnico y cerámica de imitación griega. La necrópolis se encuentra situada en el declive del cerro, ocupando la cima del mismo restos de la población íbera, atestiguada por restos de cerámica, fusayolas y productos de industria lítica. En otras zonas del término de Alcaudete existen numerosos restos, entre los que son abundantes los exvotos de cerámica, por lo que hay quién aboga por la ubicación en este lugar de un santuario ibérico.
La investigación arqueológica y toponímica ha venido a demostrar que la ciudad árabe de Al-Qabdaq, hoy Alcaudete, no estuvo habitada por íberos en su actual emplazamiento; en cambio, hubo en sus alrededores una serie de núcleos íbero-turdetanos, conociéndose el emplazamiento de alguno de ellos, aunque se desconoce el nombre que tuvieron. Así existieron focos de población ibérica en Fuente Amuña y Cerro de los Santos, Encina Hermosa (descampado próximo a Ventas del Carrizal), Salobral y Bobadilla.
En el C.I.L, II hay recogidas una serie de inscripciones, ciertamente iberoturdetanas, en las que se mencionan núcleos de población como “Ipocobulco” y “Sosontigi”. Algunos autores intentan situar a “Ipocobulco” en Encina Hermosa y a “Sosontigi” en el Salobral, basándose el segundo emplazamiento en el hallazgo de una lápida sepulcral, de una tal Petronia Sosontigitana, en dicho lugar. En los dos casos se trata de meras hipótesis, no desprovistas, ciertamente, de algún fundamento.
En la Fuente Amuña se han encontrado urnas, falcatas, flechas, cerámica y bronce. En el Cerro de los Santos había gran cantidad de exvotos o estatuillas. Esta idea aún se puede reforzar con el nombre que tiene este último lugar, ya que el lenguaje popular ha asignado siempre el nombre de “santos” a las figuras humanas de las que desconoce su significado real (esculturas, exvotos, etc.). Debemos tener en cuenta que el hallazgo esporádico de un “santo” no es suficiente para designar el lugar de su hallazgo con este nombre, debiendo haber, por tanto, un cierto número de figuras encontradas, que de haber sido de cierta consideración podrían indicar la existencia de un santuario que hubiera existido en lo que hoy conocemos por Cerro de los Santos, o en sus proximidades (Cerro de la Celada). No obstante, se trata de conjeturas que, si bien tienen cierto fundamento quedan aún por demostrar.
En el llamado “Corral de Galán” se encontró un bajorrelieve de un guerrero con trazas ibéricas, así como en el Bobadilla han aparecido estatuillas en piedra. También tenernos constancia de la existencia de una figura ibérica oferente y en relieve de Attis, cuyo paradero actual es desconocido.
Las tierras túrdulas, incluido Alcaudete, no pudieron ser tomadas por la fuerza por los cartagineses sino que tuvieron que establecer una alianza.
Referencia
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