Bolas de Viernes Santo (Espelúy)
La tradición conocida como las Bolas del Viernes Santo, consistente en la formación de dos equipos de hombres que van lanzando alternativamente unas bolas metálicas a lo largo de la carretera que une el casco urbano de Espelúy con las casas de la Estación del ferrocarril, de unos cuatro kilómetros de trayecto. Consigue ganar el equipo que, después de las sucesivas rondas de lanzamientos de sus integrantes, ha conseguido avanzar más en el camino lanzando las bolas. El premio lo constituye una arroba de vino y una bacalá para cada uno de los trayectos, siendo sufragado por el equipo perdedor.
Esta tradición se remonta, según cuentan los más antiguos, a los tiempos en que los bares y tabernas tenían que permanecer cerrados los Viernes Santos en señal de luto, dando cumplimiento así a la prohibición de que se abrieran los locales dados a la fiesta y la jarana. Una forma de que los hombres respetaran lo que la autoridad civil y eclesiástica ordenaba, sin que por ello se hubiera de renunciar a los cotidianos ritos tabernarios, dio lugar a este inocente juego que se hacía y se sigue haciendo fuera de los dos núcleos de población más importantes de Espelúy, el pueblo y la estación.
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