Cancionero Popular de Canena

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Antigua Canción Popular de Verano

Canción que se cantaba antiguamente por la noche cuando era fin de semana por grupos de mujeres que cantaban y bailaban.

Varias chicas de este pueblo
se acuestan a la oración
porque por la noche no tienen
quien les dé conversación
Y ellas le rezan a San Simón.
Y si van a la berbena
justo después de cenar
como su suerte no es buena
se vuelven igual que se van:
Sirven la cena de recargar.


En la cárcel

Cuando tu estés en la cárcel
con la paz honrosa
que te iba a dar.
Cuando te espere la pena
de unos 30 años más.
Cuando estés encerrado,rabiando
y desesperado.
Cuando te hayan salvado
de una una justa,
no lo hagas por ti.
Te acordarás del “ranillas”,
que en un cierto día,
se puso a decir:
si otra vez vuelves al frente,
no hagas caso del traidor.
Y si viene el enemigo:
-¡Tira, tira!
Aunque te cueste la vida,
y aunque te falte valor,
no esperes una paz tonta:
como casa nos dio Dios.


Y en la boca una canción

Y en la boca una canción,
y en la mano,un fusil.
Y en el pecho un corazón
para defender un porvenir.
Y en el frente
cuando la muerte pega
sus garras por doquier.
Mi brigada siempre fue la primera
para atacar, para vencer.
Adelante, camaradas
ni un solo paso hay que ceder.
Derramemos nuestra sangre
por un nuevo amanecer.
La luz de un ideal,
nació en el suelo español
y siempre alumbrará
a nuestra unión
por un mundo mejor.
Lucharemos sin cesar
Y España triunfalmente
se levantará.


Desafío

Planto y público el desafío
que tuvo el vino con el agua
para saber cual de los dos
era de mayor utilidad y provecho.
En el tiempo del Rey Perico,
año de Mari Castañas,
cuando andaba por el mundo
Don Quijote de la Mancha
deshaciendo sangre y fuego,
de cuantos tuertos encontraba.
Siguiendo su aventuras
el discreto Sancho Panza.
Pareció una estrella extremada
de gran competencia
que tuvo el vino con el agua.
El vino estaba quejoso
y decía a boceadas:
Aquí en los tiempos del Rey
ya no hay justicia en España.


El arado

Y estando en la gran Turquía,
Que es tierra de venerados.
Maté a mi padre, a mi madre
y a mis pequeños hermanos.
Desde allí me fui a Roma
a confesar mis pecados
y de penitencia me echaron
que cantara “El Arado”.
El arado cantaré,
de piezas lo iré formando
y de la pasión de Cristo.
Para labrar iré explicando.
La camá será la camá,
cómo los tirelas el arado,
cómo el dental será el sepulcro
de los depositados.


El cariño de un joven

Cerro arriba, cara al viento,
buscando reposo y calma,
iba yo muy contento
dándole descanso al alma.
Cuando en lo alto dándole
la vuelta a la cima,
un rebaño me encontré
que se me venía encima.
Y pasaban por parejas
al compás de las esquilas.
Tras ellas lentamente,
dándole al viento
una canción,
y sacando indiferente
un mendrugo del zurrón.
Iba el pastor, un niño,
un imberbe zagalejo.
Me inspiró su cariño,
que es tan súpito en un viejo

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