Carnavales (Valdepeñas de Jaén)

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La palabra carnaval, históricamente, significa "la serie de bulliciosos regocijos y fiestas populares que se celebran en días inmediatamente precedentes al Miércoles de Ceniza, principio de los ayunos cuaresmales"

El día del carnaval es el Domingo de Quincuagésima, pero van agregados a él el lunes y martes siguientes. En España suele prolongarse hasta el primer Domingo de Cuaresma, llamado también "Domingo de Piñata".

No es fácil averiguar con certeza la etimología de la palabra carnaval.Se le hace derivar ordinariamente de las dos palabras italianas:"carne vale", expresi6n que significa !carne, adiós !, destinada" a indicarla excesiva licencia sensual permitida en los días carnavalescos, y antes del tiempo penitenciario eclesiástico. otra de las muchas etimologías de esta palabra es "carnelevamen" ("carnelevale", en Milán), derivada del título aplicado por el Papa San Gregario el Grande al domingo anterior a la Cuaresma: dominica ad carnes levandas.

En la Edad media, los teutones llamaban al carnaval "fas-nacht", también "fasenacht" (fiesta de locura, de jarana), tiempo en el que se contravenían las normas sociales y aumentaba la sensualidad, guardándose la identidad de las personas bajo máscaras.

Pero la etimología que goza de mayor solidez es la romana "currus navalis"(carro naval), que presta estimable luz acerca de los principios de la historia del carnaval. El carnaval deriva directamente de las Saturnales romanas, pero, de un modo más general, se encuentran vestigios de estas fiestas, que en un principio tuvieron carácter religioso, entados los pueblos, desde la más remota antigüedad, y con ellas se celebraba el año nuevo (para que les fuera favorable) o la entrada de la primavera, que simbolizaba el renacimiento de la naturaleza. En efecto, al llegar la primavera, en Grecia, en el Imperio Romano, en los países teutónicos y en los celtas, se celebraban procesiones en las que se paseaban"un barco con ruedas, y que eran constituidas por mascaradas que ejecutaban, sobre el carro, danzas promiscuas y canciones de sátira sarcástica y obscenas .

En aquel los cantos, en Grecia halló su complemento la comedia, así como las mascaradas con sus impúdicas canciones, las sátiras y danzas ejecutadas por mujeres con la cabellera desgreñada, vistiendo por todo traje una camisa, y coreadas por el bullicioso regocijo de los acompañantes .

Las máscaras del carnaval, originariamente, tienen un carácter religioso-espiritual, o sea, el de derivar en su principio del culto a los muertos, representados por hombres vestidos de blanco. Este fue el primer disfraz del carnaval. El deseo de preservarse contra los malos espíritus ha sobrevivido en multitud de prácticas que siguen aún observándose. Los dichos y usos supersticiosos fundados en el tiempo del Carnaval, relativos principalmente a la agricultura y lo ordinario de la vida doméstica, eran numerosos. En muchas partes se encendían hogueras, cuyo combustible era paja y maderos. Encima del mont6n se colocaba un monigote, una cruz o un gato vivo, en que se simbolizaba un brujo o un espíritu maléfico.

A principios del siglo XIX, tras la Reforma y la Guerra de los Treinta Años, se reconstituyó el carnaval en Alemania, principalmente en Colonia, donde se celebra con esplendor y peculiar carácter que lo hacen comparable a los de las mejores épocas de la historia . A las antiguas danzantes de ropa ligera y totalmente reñidas con la pulcritud y el decoro, reemplazan actualmente bellas jóvenes y doncellas, que, vestidas a la antigua usanza, abren la procesión del barco-carro, ejecutando danzas.

El carnaval de Venecia es el que de mayor fama goza entre los antiguos,ponderado por las artísticas iluminaciones por medio de farolillos de colores, con que se adornaban los edificios y las góndolas de sus canales, los fuegos artificiales, la libre circulación de máscaras, cabalgatas, luchas de animales, juegos hercúleos y otros espectáculos. No menos notables fueron los crímenes, venganzas y conspiraciones que en Venecia se cometieron al amparo de la absoluta disolución en que aquellos días se dejaba a los ciudadanos. Los carnavales de Niza, Turín, Nápoles y Florencia eran más bien especulaciones comerciales para atraer forasteros. El de esta última ciudad era notable por su libertinaje, del que dan idea los cantos carnavalescos de Lorenzo de Médicis.

En Francia, el carnaval tuvo entusiastas partidarios en los reyes Enrique 111 y Enrique IV, que recorrían las calles enmascarados, haciendo mil locuras en unión de los cortesanos. Reinando Luis XIV los desórdenes del carnaval llegaron a su más alto grado.

En España, los árabes se mostraron entusiastas del carnaval, y al dar cima a la Reconquista, la fiesta estaba muy extendida entre los sarracenos. Felipe IV protegió mucho los carnavales. Felipe V no consintió que se hiciera del carnaval un espectáculo. Carlos 111 lo favoreció, y en su tiempo se introdujeron en el teatro los bailes de máscaras. Fernando VII no lo consintió más que en el interior de las casas. Durante la regencia de la reina doña María Cristina volvieron al esplendor que tuvieron en lo antiguo los bailes y las mascaradas.

En Andalucía los carnavales que tienen mayor arraigo son los que se celebran en Cádiz, Isla Cristina (Huelva), Trebujena (Cádiz), y otros que tienen lugar en otras fechas, aunque el contenido sea el mismo (las "carocas", en Granada). La historia más reciente de estas fiestas populares es la de la recuperación de su más honda raíz popular. Durante muchos años los carnavales estuvieron prohibidos, donde fue posible, y manipulados allí donde el ansia popular no pudo ser contenida. La historia de los Carnavales de Andalucía puede ser, con ligeras variantes, la de los Carnavales de Cádiz.

"Aquellos duros antiguos ••• " Según D. Ramón Grosso, seguramente con anterioridad al año 1.858 ya se celebraban las fiestas del Carnaval en Cádiz, si bien, al principio consistían en festejos callejeros con cucañas, concursos, conciertos, bailes y mascaradas, que trascendían a los domicilios particulares, donde se daban fiestas lujosas.

Como bailes de pre-Carnaval funcionaban los bailes de máscaras, desde las once a las doce de la noche durante un mes antes , permitiéndose el tránsito de máscaras, únicamente hembras, sólo para dirigirse al local del baile.

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