Dichos populares de Mengíbar

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Riada de José Ignacio

José Ignacio Cazalilla Gutierrez, hortelano de Mengíbar que el 25 de enero de 1947 sufrió las consecuencias de una impresionante riada, originada por la crecida del Guadalbullón en unos temporales, que estuvo a punto de costarle la vida a él y a su familia, al quedar atrapados en la casa de la huerta, sin poder salir, por el alto nivel que habían tomado las aguas. Este acontecimiento, resuelto felizmente, sirvió para que una murga de Carnaval lo utilizara en sus letrillas de aquel año.

Que tengan muy buenas tardes

el Alcalde y su señora,

que nos han dado permiso

para cantarles ahora

lo que ha sucedido

hace poco en este río.

El veinticinco de enero

se pusieron a jugar

una cuartilla de vino

José Ignacio y José Juan.

Y también Saturnino

les acompañaba en el vino.

El río tomando agua

y la noche que se acerca,

todos seguían jugando,

ninguno se daba cuenta

de que al otro día

no encontrarían la salida.

A otro día por la mañana

apenas amaneció,

se asomaron a la puerta

¡no tenemos salvación!

¿Y ahora que hacemos?

remedio ya no tenemos.

El hijo de José Ignacio

a las cinco de la mañana

se montaba en su borrico

y al río lo tanteaba.

Y en la casa de Cenizo

allí lo depositaba.

Se volvió para su casa

pasando miles fatigas

y abrazándose a sus padres

¡padres míos que ruina,

en vez de jugar

habed aprendido a nadar!

El hijo de Saturnino

veía su bicicleta,

¡como se la lleve el río

me mato con la escopeta!

Dejadme, dejadme,

que yo quiero suicidarme

Una muchacha que había

a su madre se acercaba,

¡no tenemos salvación

como no venga una barca!

Lástima del tiempo

que hemos estado perdiendo.

Han venido los bomberos

a salvar a José Ignacio,

de seis o siete que iban,

la mitad se ha mareado.

Y ya no veían

los pobres ni lo que hacían.

A la una de la tarde

ha venido una barquilla

a salvar a José Ignacio,

Saturnino y su familia.

La Guardia Civil

también viene de Mengíbar.

De los tres guardias que iban

uno que sabía nadar

valiente se tiró al agua

sin temerle a la "riá".

Si no es por el guardia,

no había medio de salvarlas.

Con sogas de maromillo,

que ellos iban añadiendo,

sacaron a las mujeres

y a los niños más pequeños.

Los hombres salían

cada cual cómo podía.

Los hijos de Saturnino

salían con la chaqueta,

uno con la gabardina

y otro con la bicicleta.

Los pobres salían

los dos llenos de alegría.

Ahora dice José Ignacio

que se quita de hortelano,

como no le hagan la casa

cerca de la Venta El Llano.

No quiere más huerta,

teniendo el río tan cerca.

Sebastián Cazalilla Olmo

Centro Guadalinfo de Mengíbar


UN PADRE Y DOS HIJOS

Dos chiquillos de doce y catorce años, trabajaban con su padre en un terreno que tenían en el campo, paran a descansar, y estando sentados, el padre mira lo hecho, y comenta con sus hijos.

¡Que poco nos cunde el rabajo!

Padre, en que estamos un hombre y dos chiquillos.

El padre, así lo comprendió, y siguen trabajando.

A la hora de medio día, se ponen a comer, y apuraron todo, y dice el padre, mira que comemos.

A lo que contesta un hijo.

Padre, es que somos re hombres.


Bonoso Gijón Canales. Mengibar (Jaén).

UN PADRE CON MUCHA CAPACIDAD DE HUMOR

Este hombre, listo y gracioso como el solo, supo inculcarle a sus hijos, todo el buen humor que tenía, tanto era asi, que el respe lo primero, pero entre ellos, el trato era siempre un juego.

Uno tenía la cabeza muy gorda, siempre con el se metía, se decían barbaridades y los dos se reían, este hijo era albañil estaba estaba en lo alto de un tejado, su oadre pasó por la calle y le dijo, Antonio ten cuidado que para estár ahí, hay que tener buena cabeza. A lo que el hijo le replicó, y yo me cago en la leche que mamates.

Buelvo a insistir, aunque paresca raro, asi ello se divertían.

bonoso Gijon Canales Mengibar (Jaén)

EN UNA COMUNIÓN

En una comunión de antes,

que no era como las bodas

acudía la familia

a casa de esa pompa.

Normalmente hacían chocolate

mas que nada para los los niños

donde por regla general

acudían todos los primos.

uno de ellos se quemó con el chocolate

como puede ser normal

lo acariciaron entre todos,

y aquí no pasó "na".

despues se comentó entre todos

que quema mucho el chocolate

por su viscosidad

tarda mucho en enfriarse.

Pero llegó la feria

y el niño que se quemó

le pidió a su padre un polo

y este se lo negó,

no que están muy froios.

el noño le insistió

compramelo de chocolate

que guardan mas el calor


Bonoso Gogjón Canales Mengibar 14-01-08.

TIRALE QUE SE RIE

Aquí en este mi pueblo

de postreros años ya

los moros hicieron una torre

una mole escultural.

No le he tomado medida

pero seguro tendrá,

veinte y ocho, o treinta metros de altura

de lado, diez o doce

y su extrutura cuadrá.

Un año que llovió bastante

en su terraza de arriba

se crió una mata de avena grande

un vecino tenía una yegua

y quiso que se la comiera.

Preparó sogas, y todo lo necesario.

Unos arriba, otros abajo

la ataron del pescuezo y los de

arriba empezaron a tirar.

El animal, ya suspendido en el aire

sacó la lengua, seña evidente de que se estaba ahorcando

los de abajo, interpretaron que se reía

y gritaron muy gozosos- ¡Tirale que se rie!.

Esto un año en las fiestas

lo parodiaron con un animal

de cartón, a tamaño natural

y, en el pueblo quedó para siempre

el dicho; TIRALE QUE SE RIE

cuando hay que tirar de algo.

Bonoso Gijón Canales Mengibar 14-01-08.


UN ACTO DE RATERO


Cuando los trenes antiguos que no había poquitos coches, la gente viajaba en tren, en Octubre cuando tenía lugar la feria de Jaén iban muchos de mi pueblo, a esa feria, era de ganado. Vendían aparejos, cubiertas cerones, espuertas,, canastas de mimbre, etc..... Casi todo lo que necesitaban los hortelanos para su desenvolvimiento en la huerta, quién no traía una cosa, traía otra, cada uno lo que le hacía falta.

Uno de estos hombre, yendo a Jaén, como el tren iba lleno con gente de pie, (y como se dice, a río revuelto ganancia de pescadores) un ratero que iría por allí, a uno de mi pueblo, llamado Salvador, le tocó en la gorra y se la echó para adelante y le tapó los ojos, mientras se echó mano a la gorra y demás, le quitaron el dinero. A otro día se cundió en el pueblo, y uno muy gracioso que había sacó esta retahíla: Quien te manda Sarborillo, subir en trenes de viajeros donde van todos los rateros, le hacen la corrida del piojo, y al echarse mano al pelo le quitaron los dineros.


Bonoso Gijón Canales Memgibar 15-01-08.

EL PAÑUELO

En la recogida de la aceituna, las mujeres eran mayoría, si algún día, el Patrono con su caballo daba una vuelta por el olivar, las mujeres ya lo tenían estudiado, y antes que se fuera, cerco le hacían, una de las más diestras y joven, le ponía un pañuelo en el hombro, y estos versos le decía.

En el hombro, yo le pongo

este bonito pañuelo

con el respeto debido

de todos mis compañeros.

Ahora se lo cambio al otro

bondadoso caballero

haber de la voluntad

para sus aceituneros.

Y él se veía en la obligación, de corresponder con un regalo en metálico para todos los aceituneros.

bonoso gijón Canales 21 de Enero de 08- Mengibar.

DE BOTIJUELA

Una palabra que se usaba antes. Cuando había un débito entre uno y otro, mayormente en especie, era pesado, medido o contado, a la hora de hacer el pago, cuando definían la cantidad, echaba, el que quería, no era obligado, un poquito de más, y se decía "ESTO DE BOTIJUELA". También se decía esto de "CHORREÓN".

Bonoso Gijón Canales Mengibar 22-01-08.

LA "Z"

En este, nuestro mengibar

que es un pueblo Jaenero

todos hablamos con la "Z"

los que somos Hijos del pueblo.

Y lo llevamos ha gala

como pasa en otros pueblos

que han cogido la "S"

para sus pronunciamientos.

Así s nuestra Andalucía

con si chispa y su gracia

que a todo se saca punta

como los Leperos

y las fiestas Gaditanas.

Ellas son ocho hermanas,

si buscas, y buscas bien

Sevilla la capitana

y el ronquido de Jaén.

Bonoso Gijón Canales 24-01-08. Mengibar

LA IGNORANCIA CON RAZÓN

Una madre le dio a su hijo un pedazo de pan con aceite para desayunar, de pan, no se estaba sibrado y el chiquillo no tenía mucho apetito tan de mañana, total que se comió hasta la mitad, lo que había mojado de aceite, el resto lo tiró, y lo vio la madre y le dice. ¡Chiquillo, no tires el pan! Puede que cuando seas viejo no lo encuentres, a lo que este respondió, ¡Mamá menos lo encontraré si me lo como!.

Bonoso gijón Canales. Mengibar.28-01-08.

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