Fábrica de gaseosa (Alcaudete)
La fábrica de gaseosa de Alcaudete se funda en 1870, y estuvo activa hasta 1981
Historia
La gaseosa fue una bebida que no llegaría a Alcaudete hasta el año 1870, que es cuando don Antonio Salido Molina inauguró la fábrica de gaseosas en la calle Alcaudetejo de este municipio.
No se sabe con exactitud quién fue el que trajo esta receta refrescante a nuestra tierra, pero fue tan considerable su aceptación en la época que pasó a convertirse en una bebida imprescindible en todas las fiestas. Fiestas en las que lanzaban al cielo globos de papel y jugaban a la cucaña o a las carreras de sacos.
La fábrica de gaseosas comenzaría entonces a descubrir la bebida por todos los pueblos colindantes a Alcaudete.
Cuando murió su fundador, su hijo quedó como sucesor inmediato hasta comenzar la Guerra Civil Española. Por aquellos años, las fábricas que hubo en Alcaudete como fábricas de telares, de aguardiente y de gaseosas, tuvieron que cerrar sin demora.
Al finalizar la Guerra, la fábrica de gaseosas se volvió a instalar con la maquinaria que se había podido recuperar, aunque, esta vez, se instaló en la calle del Carmen. Pero al morir D. Alonso Salido, la fábrica cerró nuevamente hasta que su hermano la pudiera reconstruir años más tarde.
Durante todos los años de postguerra, la gaseosa continuó siendo la bebida más consumida de Alcaudete, ya que su módico precio ascendía a un real.
La gaseosa Dolisa
Sus componentes eran agua, ácido cítrico, edulcorante, azúcar o sacarina, esencias de limón , naranja, zarzaparrilla... eran ingredientes similares a los que tiene en la actualidad. Pero la primitiva bebida tónica y refrescante tuvo un envase muy particular.
La bebida se envasaba en una botella de cristal con una bola dentro, que al llenarla boca abajo taponaba la garganta de la botella para poderla conservar durante meses. Después, la bola, que era la que mantenía la presión del gas en la gaseosa, se empujaba con un palo para destapar la botella, lo que proporcionaba mantener la efervescencia de esa bebida.
Ese rudimentario frasco de vidrio se utilizó durante más de cien años, hasta el traslado de la fábrica en la calle el Agua. Esta sería la última generación que mantendría en activo la gaseosa "Dolisa" y que se vería repercutida por las portentosas marcas del mercado internacional, que fueron absorbiendo, poco a poco, la capacidad de desarrollo de la vieja fábrica, hasta que en 1981 cerró definitivamente sus puertas.
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