Fiestas Patronales de antaño (Hornos)
FIESTAS PATRONALES DE ANTAÑO
NUESTRA SEÑORA DE LA ASUNCIÓN Y SAN ROQUE
Antiguamente desde que alcanzan los recuerdos... años cuarenta y pocos... Las Fiestas de Agosto se celebraban, en algunas cosas, distintas a los tiempos que vivimos.
No había luz eléctrica y se ponían desde el balcón del Ayuntamiento a los balcones de las casas cuerdas que cruzaban la plaza para colgar los carburos o petromanes para iluminar el recinto, se construía el “tablao”, se montaba un escenario para representar las comedias que los jóvenes del pueblo preparaban con gran esmero, durante muchos meses y que luego representaban en la Rueda los días de la Virgen y San Roque,eran obras teatrales de autores muy conocidos: dramas, sainetes entremeses etc.
Los mayordomos, también han cambiado, ante todos los inscritos como mayordomos, el cura leía en voz alta la lista. Ahora se ponen en la tabla de anuncios dentro de la iglesia. En la víspera, el cura bendecía el pan de San Roque y se llevaba en un borriquillo por las casas repartiéndolo,se tenía tanta devoción al pan bendito que se repartía entre todos los habitantes de la casa incluidos los animales para que el Santo Patrón nos protegiera a todos durante todo el año ya que según la tradición San Roque es el protector de la peste. Cuenta una historia que hubo una gran epidemia de peste en todo el contorno de la Sierra de Segura y que Hornos se encomendó a San Roque y el pueblo se libró de la misma y desde entonces se eligió como patrón, aunque en realidad el patrón es San Vicente. Hoy día se sigue repartiendo el pan pero en la iglesia.
El catorce de agosto se hacia el pregón oficial seguido del pregón popular contando todas las anécdotas curiosas que habían ocurrido durante todo el año, el segundo lo escribía casi siempre algún hombre de las aldeas que daba la casualidad que siempre tenia una buena dosis de humor y gracia natural.
Seguidamente, se juntaban todos los chicos en la Rueda con gran entusiasmo recogían los papelillos en el Ayuntamiento y con los porrones llenos de vino se disponían a colocarlos en la plaza y en las calles , con gran alborozo y alegría hasta el amanecer.
Por las noches cuando empezaba la orquesta a tocar, muchas personas cogían las sillas de su casa y se sentaban a ver a la gente y a oír la música. Venían personas de todas las aldeas y pueblos vecinos y en la plaza no cabía un alfiler. Hoy día ya no acuden tantas personas son conjuntos y no orquesta los que tocan y también aquí ha llegado la moda de las peñas y estas quitan mucho público, porque los jóvenes se reparten entre ellas con su música individual y se ve menos entusiasmo.
Antaño en la barra de bebidas algunos años ponía algunas mesas... poquitas para que los que querían tomar algo pudieran sentarse un rato.
El Ayuntamiento contrataba una banda de música de aire la cual nos despertaba tocando diana acompañada de gigantes y cabezudos y que por las noches de los cinco días que duran las fiestas , tocaban hasta el amanecer.
Grandes globos de colores volaban por el cielo de un lado para otro hasta que por el calor de la mecha se calentaban y el papel ardía, todos los niños nos quedábamos con la boca abierta mirando al cielo.
Venían dos turroneros que colocaban sus puestos en la calle Real y en la puerta de Lugardico. Al paso de los Santos delante de los puestos, tiraban los turroneros, peladillas y caramelos y todos nos tirábamos al suelo para recogerlos, en aquellos tiempos había muchos padres que no tenían para darles a sus hijos dinero para golosinas.
Un año se instaló una pequeña noria en la plaza de San Vicente dato que alegraba muchísimo a todos y era motivo de admiración ya que era la primera vez que venía al pueblo una cosa así y todos los niños saltábamos de alegría.
La ceremonia religiosa o Santa Misa, era cantada con mucho entusiasmo, era otro acontecimiento en el que pueblo se ponía sus mejores galas para lucirse en la procesión que se celebraba después de la Misa (eso sí todo el mundo iba con muchísima devoción y recogimiento ) y muchas personas esperaban que les tocara el turno para llevar las andas de Nuestra Señora de la Asunción (llamada también Reina de los Ángeles)y San Roque. Hoy día hay pocas personas para llevar a los santos Patronos.
El encierro también era distinto, las vaquillas venían desde la ganadería andando por la sierra, hacían noche en un cortijo y por la mañana tempranito emprendían el viaje al pueblo guiadas por un cabestro, algunas veces se escapaba alguna y todo el mundo buscaba a la vaquilla, tardando horas y horas en encontrarla. Una vez en el pueblo desde el cruce entraban por Puerta Nueva y de ahí a las calles del pueblo, hombres mujeres y niños corriendo atropelladamente unos delante y otros detrás, después de correrlas un buen rato se las encerraba en un callejón y por la tarde se sacaban a la Plaza de la Rueda donde se toreaban casi toda la tarde y así durante tres días.
El final de las fiestas eran los fuegos artificiales, en lo que han cambiado solo es en la sofisticación.
Mª Asunción Manzanares (escuela de adultos “Sobrerrocas”)
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