Historia de Peal de Becerro (Época romana)
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Época romana.
La zona del Alto Guadalquivir fue un lugar de cierta importancia en las comunicaciones en este periodo, dada la proximidad a las minas de Cástulo por un lado, y al importante puerto de Cartago Nova por otro. Las primeras fuentes escritas que aluden a esta zona parten de los romanos Estrabón y Plinio. El primero habla de Mons Argentarius haciendo referencia a la riqueza minera de lo que sería la Bética, y de manera más concreta, Plinio cita el “Saltus Tugiensis” refiriéndose al nacimiento del río Guadalquivir.
Arqueológicamente la presencia romana está también representada en la comarca con abundantes piezas cerámicas, monedas, sarcófagos, piedras de molinos, numerosas estelas fúnebres, y restos arquitectónicos como capiteles. Entre los restos más importantes debemos citar un puente y un pequeño tramo de calzada en el río Cañamares (Chillúevar) y el yacimiento de la Villa romana de Bruñel (Quesada), donde se pueden contemplar hermosos mosaicos.
Sin embargo, la importancia de la presencia romana en esta tierra ha sido descubierta recientemente tras confirmarse las hipótesis que sitúan la Batalla de Baécula en las proximidades de Santo Tomé.
La Batalla de Baécula.
La Batalla de Baécula se libró en el contexto de la Segunda Guerra Púnica entre romanos y cartagineses. La llegada de los romanos a la Península Ibérica tenía como objetivo privar de recursos militares al cartaginés Aníbal, que luchaba en Italia, sin embargo, tras la contienda ya no se marcharon debido la riqueza agrícola y las minas de plata.
Baécula, ocurrida en el año 208 a. de C., enfrentó al ejército cartaginés, liderado por Asdrúbal Baca, y al ejército romano, a las órdenes de Escipión el Africano. La batalla se planteó con la intención de frenar la marcha de Asdrúbal hacia Italia y supuso una victoria para Roma, aunque el ejército cartaginés pudo proseguir la marcha. A pesar de todo, Baécula significó el principio del fin de la Segunda Guerra Púnica. El escenario donde ocurrió estuvo cerca de Santo Tomé, concretamente en el Cerro de las Albahacas, donde se han encontrado importantes materiales arqueológicos tanto en cantidad como en calidad, entre los que destacan diferentes tipos de puntas de flechas y lanzas, proyectiles y monedas cartaginesas. Hasta hace pocos años se identificaba Baécula con la ciudad de Bailén, por la proximidad a Cástulo; sin embargo los recientes hallazgos arqueológicos identifican Baécula con el óppidum íbero de los Terruñuelos.
Villa romana de Bruñel
A pocos kilómetros de Quesada en dirección a Cazorla, en la A-322, se encuentra la Villa Romana de Bruñel, una buena representación de lo que fueron las explotaciones agropecuarias de época romana. Fue construida en varias fases de los siglos II, III y IV d. de C.
Consta de dos partes bien diferenciadas, una de ellas dedicada propiamente la explotación agrícola y ganadera, con establos, almacenes o silos y viviendas para los esclavos; y la otra dedicada a vivienda. Esta última conserva la estructura de un patio columnado o peristilo con impluvium y alrededor las estancias o cubicula decoradas con hermosos mosaicos de temas naturalistas y figurativos.
De la última fase de ocupación, en el siglo IV , destaca una amplia sala con dos ábsides contrapuestos, quizás una construcción paleocristiana. La villa fue asolada por un incendio en el siglo V. Quedan interesantes restos arqueológicos, arranques de columnas y mosaicos.
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