Historia de Santa Elena y plegarias a la Santa

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Historia de Santa Elena

Elena fue la madre del Emperador Constantino. Nació Elena en una pobre casita de Deprano, en Nicomedia, bajo los poderes de los cesares de Roma. Era pobre pero muy bella. Su juventud ciertamente no fue entre flores y agasajos, ya que se veía obligada a limpiar la casa y hacer la comida para sus padres y hermanos.

Elena era pagana, como paganos eran sus padres, pero adornaban su alma un cúmulo de virtudes que la predisponían a recibir cuando llegase la hora la gracia del Evangelio. Ella veía con ojos horripilantes aquellas persecuciones tan sangrientas contra los pobres cristianos solamente por no pertenecer a la religión romana. Eran buenos, sencillos, trabajadores, honrados, no se metían con nadie.¿Por que matarles? - se preguntaba Elena. Cuando ya tenía unos veinte años floridos o poco más, aconteció que pasó cerca de ella el flamante general Constancio Cloro, que era de familia noble y muy querido del Emperador Máximino. Se enamoraron y se casaron. Fruto de aquel matrimonio nacía el 27 de Febrero del 274 en Naissus- Dardania-, el futuro y gran general y Emperador Constantino. Todo iba bien hasta que el 1 de Marzo de 293 hubo un gran cambio en la vida de Elena: Diocleciano y Maximino nombran como Cerares de sus respectivos reinos a Galerio y a Constancio. A este le obligan que para ello debe repudiar a Elena y casarse con la hijastra de Maximino. Como el poder y la arrogancia no tienen límites, esto hace Constancio. La pobre Elena se queda sin amparo ya que hasta su mismo hijo, lo que más amaba en su vida, se lo lleva su padre para que le siga en las correrías militares.

La vida de Elena durante este tiempo es de meditación, de vida ejemplar y de obras de caridad aunque todavía no conoce la religión de Cristo. El 25 de julio del 306 muere Constancio Cloro. Le acompaña su hijo Constantino. Eusebio de Cesárea cuenta el milagroso evento: durante la batalla de Saxa Rubra, al atardecer, vio Constantino como una especie de Lábaro, en el que había pintada una cruz de la que salían rayos de luz y un letrero que decía: Con esta señal vencerás. Este portento lo vio todo el ejército junto con su general. Por la noche en sueños se le aparece a Constantino el mismo prodigio. Manda hacer este estandarte como se le había indicado. Da comienzo la batalla. Va a la cabeza el lábaro milagroso y la victoria el 28 de Octubre del 312 fue un hecho. Sobre el puente Milvio queda derrotado Majencio y entra como único empreador de Roma Constantino. Santa Elena quizá cuando esto sucede ya era cristiana. Ella fue asimilando poco a poco las sublimidades de la fe cristiana y se abrazó de lleno a ellas y por ellas luchó toda su vida. Su hijo, aunque mucho trabajó por la extensión de la fe cristiana y a el se debe el célebre edicto de Milán de 313, por el que se permitía la religión cristiana, parece que solo recibió el bautismo a la hora de la muerte.

A ella, a Santa Elena, se atribuye también la historia o leyenda de la Invención de la Santa Cruz. Tanto era el amor que sentía hacia Jesucristo que no podía sufrir que este instrumento de nuestra salvación permaneciera - todavía después de cuatro siglos- enterrado y no dignamente venerado por los cristianos. Y a sus cerca de setenta años se dirigió a Jerusalen para descubrir el paradero de la Santa Cruz. Y su fe dió con ella al realizarse por medio de este bendito Leño el milagro de curar repentinamente a una mujer moribunda.

Realizados sus deseos volvió a Roma al lado de su hijo y le ayudó a que este diera su paso definittivo de hacerse cristiano. Santa Elena paso santamente sus últimos días hasta que se durmió en el Señor por el año 329.


Emperatriz Elena
Emperatriz Elena

Oraciones a Santa Elena

Gozos a Santa Elena Ya que puedo vuestro honor hallar de Cristo la Cruz. Santa Elena sednos luz para adorar su esplendor. Santa Elena sednos luz para adorar su explensor.La católica creencia que vuestra fé profesó en vos se manifestó con singular excelencia. Santa Elena, sednos luz para adorar su esplendor. Santa Elena, sednos luz para adorar su explendor. Feliz vuestro nacimiento en un reino poderoso vos lo hicísteis más lustroso con el noble alumbramiento. Santa Elena, sednos luz para adorar su esplendor. Santa Elena, sednos luz para adorar su explensor. Digna esposa, esposa amada de Constancio Emperador con tan distinguido honor os contemplais ensalzada. Santa Elena, sednos luz para adorar su esplendor, Santa Elena, sednos luz para adorar su explensor.

Oración a Santa Elena Elena, hija de Rey, reina tu fuistes todo el mundo corriste, todo el mar atravesaste desde el Poniente al Levante, tres hombres te encontraste a tu casa los llevaste y te dijeron: Elena danos de comer y beber hasta que digais donde está la Cruz de Cristo. Esta en el pueblo de Jerusalén, está enterrada. De la mano los agarraste y con ellos te embarcaste y llegaste al pueblo de Jerusalén. La desenterraste y le arrancaste los tres clavos. Uno lo tiraste al mar, otro se lo distes a tu hijo Constantino para que saliera vistorioso y todo lo ganara. El otro lo guardaste para la que estuviera necesitada como yo. Dámelo a mí Santa Mía que no te lo pido dado sino prestado. Por tu intersección que me saque de este mal en que estoy metida y tendrás una devota para el resto de tu vida Amén.

Himnos a Santa Elena Adios Patrona mía, adiós dame tu amor, luz bella de mi vida, toma mi corazón. No acierto a separarme dame tu bendición. Protégenos por siempre y alcánzanos perdón. Me voy pero me llevo, muy junto al corazón tu nombre idolatrado, las prendas de tu amor. Me voy pero me llevo, muy junto al corazón Emperatriz Elena, Adiós- Adiós- Adiós.

Plegarias Excelsa Patrona, Regia Emperatriz. Honra de este pueblo que confía en tí( se repite). El lleva grabado tu nombre y tu amor, ampárale siempre con tu protección, ampárale, ampárale siempre con tu protección. Elena bendita, ruega por nos. Te cantamos un himno de Gloria Regia madre del gran Constantino. Tu que distes al imperio un camino que condujo a tu pueblo a la luz. Te pedimos Excelsa Patrona un sendero para nuestra vida que en su dura y dificil subida encontremos como tu la Cruz.

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