Iglesia parroquial de San Pedro Ad Víncula (Escañuela)

Historia

Pese a que la jurisdicción civil del lugar de Escañuela sufre alteraciones debido a la incorporación del Señorío de Villardompardo a mediados del siglo XIV, la jurisdicción eclesiástica mantiene a Escañuela en el arciprestazgo de Arjona desde que apareció por primera vez dentro de su ámbito en el año 1311 junto a Arjonilla, El Villar y Almoraide.

Más tarde, en 1511 Escañuela no aparece en la relación de parroquias de este arciprestazgo, lo que induciría a pensar que hubiera pasado al de Jaén a donde pertenecía Villardompardo, pero no es así y sin embargo vemos como más tarde y hasta la época actual, Escañuela sigue perteneciendo al arciprestazgo de Arjona.

Según la relación del entonces obispo de Jaén, Don Francisco Sarmiento de Mendoza en su Visita Ad Limina de 1589 dice que tiene 48 casas y una Iglesia Parroquial y sigue perteneciendo al arciprestazgo de Arjona.

El historiador Martín Ximena Jurado dice que San Pedro de Escañuela pertenece al arciprestazgo de Arjona y "tiene un priorazgo y media prestamera", siendo esta la primera vez que se le denomina al pueblo con el nombre de San Pedro de Escañuela, y así continuará llamándose hasta finales del siglo XIIX donde tanto el Deán Mazas como Bernardo de Espinar la incluyen en el arciprestazgo de Arjona y así sucesivamente hasta bien entrado el siglo XX que pasa a pertenecer por un tiempo al arciprestazgo de Torredonjimeno.

La documentación sobre el Templo Parroquial es abundante en el Archivo Histórico Diocesano y en el Parroquial. Desde el principio, en torno al siglo XV, debió de existir una pequeña ermita junto al cementerio, en el mismo lugar que hoy ocupa la superficie del edificio religioso. La ermita que siempre consta como parroquia propia dotada presupuestariamente.

Durante el siglo XVII se realizaron varias obras en el templo pidiendo ayuda a los hacendados forasteros que cobraban el diezmo de esta Pila Bautismal. Precisamente en el año de 1640 aparece con gran esplendor una cofradia, la de San Bonoso y San Maximiano que había sido instituida en esta parroquia el día 29 de octubre en 1628 y que da un importante donativo para las obras de la parroquia. También aparece piezas para el culto como cálices, casullas y capas provenientes de un convento de Andújar. No se puede olvidar el renacer religioso que se produce en esta comarca en estos años debido a la aparición de las Reliquias de los Santos Mártires de Arjona, uno de los acontecimientos religiosos, económicos y sociales más relevantes de esta comarca propiciados fundamentalmente por el cardenal Moscoso y Sandoval.

A finales del siglo XVIII, con el aumento de la población que el Deán Mazas cifra en "62 casas, 81 vecinos y 256 almas" se empiezan las obras del ensanche del templo parroquial. En 1792 se empiezan a gestionar las obras que duraron varios años y se detuvieron en los años que duró la guerra de la Independencia, que no afectó mucho a Escañuela pero mermó las arcas municipales y del obispado como para poder librar fondos para la obra.

Tras muchos avatares se acomete una nueva remodelación del templo parroquial en la década de 1860 a 1870, según un plano fechado el 26 de noviembre de 1860 y firmado por el arquitecto Vicente Serrano Salaverry. La puerta principal iría rematada con una imagen de San Pedro encadenado en piedra. Se forma una comisión encabezada por el párroco don Francisco Ruiz de la Torre y tesorero un representante del General Serrano, Duque de la Torre, quien puso mucho empeño en la construcción de este templo. En 1861 la Reina Isabel II aprueba la cantidad de 48.550 reales, pero el dinero no llegó hasta 1864.

En 1865 se construye el nuevo cementerio extramuros, que había estado junto al templo con lo que queda espacio para las nuevas obras que se detiene en su segunda fase en 1868 con el inicio de La Gloriosa; y no se reanudará hasta 1880.

A finales de la década de 1960 un terremoto que destruyó el chapitel de la torre y una parte de la cúpula del altar mayor, reformándose el templo según los criterios litúrgicos del Concilio Vaticano II.

La última reforma del presbiterio actual se inició el Lunes de Pascua de Resurrección, día 12 de abril de 1993, y fue bendecido junto a la capilla Virgen de los Dolores, el 25 de julio de 1993; según proyecto del arquitecto don Luis Alonso Salcedo Jiménez.

Con la restauración de la torre, que se inició el día 3 de mayo de 1994 y se inauguró el 24 de julio del mismo año, es la última obra realizada en este templo parroquial.