La defensa de Fuensanta: Fuensanta de Martos
La Leyenda
Hacia muy poco tiempo que los cristianos habían conquistado las tierras y el castillo de Funtayala, razón por la frontera que dividía los Reinos cristiano y musulmán se encontraba muy próxima a Funtayala, siendo frecuentes las entradas y escarceos que los moros organizaban contra estas tierras. En uno de estos escarceos, la mala fortuna había querido que el castillo se hallara desprotegido al haber tenido que dirigirse la guarnición hacia otras tierras para sofocar una sublevación.
Se encontraban las tropas moras muy cercanas, y los pocos soldados que habían quedado para guarnecer el castillo habían pensado en deponer las armas y rendirse, sin embargo, entre estos soldados se hallaba un hidalgo de vivo ingenio, el cual, había urdido un plan para burlar a las tropas moras.
Esperaron a que llegara la noche y siendo ya su situación desesperada al encontrarse totalmente rodeados, reunieron todas las cabras y ovejas que le fue posible encontrar, y les ataron a sus cabezas antorchas encendidas. Los moros al verlas aparecer creyendo que se trataba de almas en pena que se dirigían contra ellos, ante lo cual, huyeron despavoridos sin darse cuenta del engaño del que habían sido víctimas.
De esta forma tan ingeniosa fue como se evito, que el castillo de Funtayala volviera a caer en manos de los moros.
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