Proverbios. IV Mengibar

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La belleza es muy superior al genio, no necesita explicación.


El hombre puede creer en lo imposible, pero no creerá nunca, en lo improbable.


Bienaventurados los que no tienen, y resisten la tentación de decirlo.


El diluvio universal fue un fracaso, quedó una familia viva.


Cuando tengo que elegir entre dos males, prefiro el que no he probado.


Quien no es mas que justo, es duro.


En la vida hay que escoger entre ganar dinero o gastarlo, no hay tiempo para las dos cosas.


Hay gente que no saben perder el tiempo solas, y son el azote, de los que estan ocupados.


Algunos oyen con las orejas, otros con el estómago, otros con el bolsillo, y otros no oyen nada.


Lo que se lee sin esfuerzo, se ha escrito con gran esfuerzo.


Nada hay repartido equitativamente, excepto la razón, todos estamos convencidos, de tener la suficiente.


Las personas mas felices parecen ser aquellas que no tienen motivo especial para serlo, salvo que lo sean.


Se puede experimentar tanta alegría, al proporcionar placer a alguien, que se sienten ganas de darle las gracias.


La gente se arregla todos los días el cabello, ¿Porqué no el corazón?.


Lo peor de la ingratitud, es que siempre quieres tener razón.


Jamás se desvia uno tan lejos, como cuando cree conocer el camino.


El hombre mas poderoso, es el que es dueño de sí mismo


Las obras maestras, no son mas que tentativas afortunadas


Hay personas que empiezan a hablar, antes de pensar lo que van a decir.


Cométe tres veces el mismo fraude, y acabarás por cree que es lícito


Aquel que defectos tenga, que dicimule los ajenos.


La vejez no es tan mala, si consideras la alternativa.


Vivir consiste, en construir futuros recuerdos.


Los libros tienen su propio orgullo, cuando se prestan, no vuelven nunca.


No hay nada que haga tanto daño a una nación, como que la gente astuta pase por inteligente.


La juventud de una persona no se mide por los años que tiene, sino por la curiosidad que almacena de saber.


Una de las mayores pruebas de mediocridad, consiste en no saber reconocer la superioridad donde quiera que ella esté.


La tontería se coloca siempre en primera fila para ser vista; La inteligencia detrás para ver.


El problema de ser pobre, es que te ocupa todo el tiempo.


Bendito sea el hombre que, no teniendo nada que decir, se obstina en demostrarlo con su palabra.


Todo necio, confunde valor y precio.


Todas las cosas nos son agenas, solo el tiempo es nuestro.


Al lado de la dificultad, está la facilidad.


El principio es la mitad de todo.


¿Morir yo?, ¡Será lo último que haga!


Ojo por ojo, el mundo acabaría ciego.


Los días serán iguales para un reloj, pero no para un hombre.


El hacha del leñador, pidio al arbol su mango, y se lo dio.


El que se ocupa demasiado de hacer el bién, no tiene tiempo de ser bueno.


Es más tranquilizador tener doce hijos, que doce millones de euros, con los doce hijos te conformas, con los doce millones de euros no.

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