Recibir a Mayo (Lupión)
El día 30 de abril, teníamos en Lupión la costumbre de “Recibir a Mayo”. Este recibimiento era casi exclusivo de niños (no niñas) y adolescentes. Los actos se limitaban a hacer el ruido mayor posible arrastrando todas las latas y chatarra (atadas con cuerdas) que se encontraban en las casas y los muchos estercoleros que existían en las inmediaciones del pueblo gritando constantemente con todas las fuerzas posibles la frase: “A Recibir a Mayo”.
Este modo de celebrar las cosas no era muy del agrado de las persona mayores y sobre todo de las autoridades, los mayores porque les molestaba el ruido, y las autoridades porque con el arrastre se deterioraba la poca infraestructura urbana que existía; en este día era muy frecuente ver la estampa del Alguacil corriendo detrás de los arrastradores intentando persuadirles de que lo dejaran bajo amenaza de multa.
Naturalmente esto que estoy contando sucedía en los tiempos que a mi me correspondía el recibimiento (los años 60). La forma de arrastrar y tipo de arrastrador era muy diferente, variaba desde el niño muy pequeño al que su abuelo o abuela (saltándose las normas a favor de demostrar lo gracioso que era su nieto) le ataban una pequeña lata de sardinas a una cuerda y le incitaban a decir la frase (que este pronunciaba si quería en su trapajosa lengua) hasta los grupos de mas mayores que desde unos días antes competían en el acaparamiento de material para el día señalado, este material se solía guardar en el corral de uno de los del grupo hasta el anochecer del esperado día; a veces alguno de los grupos recogía tal cantidad de material (y eso que los tiempos no estaban para que sobraran muchas cosas), que a la hora de la verdad era físicamente imposible realizar el arrastre, no tenían mas remedio que desprenderse de parte de el, originando la consecuente alegría de los grupos que tenían menos y lo recogían.
El origen de esta tradición (hoy perdida) se remonta en los tiempos; mi abuelo que nació en el año 1.884 me contaba que él siempre había oído de sus mayores esta celebración. Lo extraño es que no se realizara algo similar en otras localidades, buscando información en distintos medios he averiguado que en el municipio de Posadas (provincia de Sevilla) se hacía lo mismo pero en otra fecha (el antes llamado sábado de gloria). En Jerez de los Caballeros, en este mismo día (30 de abril) los niños cuelgan de puertas y ventanas de las casas de la población hierbas y ramajes que impiden a los que se encuentran dentro de las casas abrirlas al exterior.
La noche del 30 de abril es celebrada aunque de otra forma en muchos pueblos de nuestra península y de otros países europeos, en casi todos la celebración consiste en colocar en la plaza del pueblo el árbol mas alto que encuentren (preferiblemente robado al pueblo mas cercano), encender una hoguera y cantar y bailar a su alrededor. Son las llamadas fiestas de primavera, es la fiesta consagrada al culto de la fertilidad, en el que florecen las semillas que se han plantado.
Quizá el origen de todas estas fiesta se remonte a tiempos de los Celtas, para ellos el 30 de abril marcaba el inicio de la mitad iluminada del año, de la estación luminosa, cálida y fértil, a esta estación le llamaban Beltane, dedicada al Dios Belenos (divinidad de la luz y el fuego) con sus ritos del ganado, hogueras purificadoras y ritos de fertilidad asociados al agua que en algunos sitios perviven hoy día.
Antonio José García García
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