Custodio Pérez Aranda (El Santo Custodio)

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Los santos son “curanderos” que practican una medicina basada en una “gracia” concedida por Dios para que la impartan desinteresadamente a los demás.

Custodio Pérez Aranda nació en el año 1885 en La Hoya del Salobral (una pequeña pedanía de Noalejo). Él vivía en el centro de la pequeña cortijada.

Hijo de una familia de labradores, de niño destacó por su carácter reservado y le gustaba aislarse de los demás. En aquellos tiempos no había medios para una educación ni nada de eso, por eso Custodio careció de enseñanza. Era una persona muy prudente y tímida debido al poco contacto con la sociedad. Se casó con Adoración Álvarez Rosales y del matrimonio tuvo cuatro hijos.

Según testimonios de aquellos que lo conocieron era un hombre bueno. Le gustaba ir a orar y meditar en una pequeña cueva cercana a la ermita de la patrona, que aún hoy día se conserva y es visitada por muchos de sus fieles.

Hay unos antiguos escritos sobre la vida de Custodio que describen de forma precisa cuando Custodio adquirió la gracia; según el anónimo autor fue a los 25 años de edad, en un día de la Ascensión del Señor. Por eso Custodio dejó de pasar desapercibido y empezó a atraer a los más curiosos y al empezar a hacer curaciones se hizo más conocido y gente de todas partes lo visitaban.

Tenía varios métodos para curar a la gente: con masajes en las zonas dolidas o les bendecía soplando los pequeños paquetes de papel de fumar que muchos le llevaban y que luego ingerían haciéndolos pequeñas bolitas, o les mandaba a beber agua a una fuente de propiedades milagrosas cercana a su cortijo, y son innumerables las curaciones que se cuentan, aunque todas ellas sin recibir nada a cambio porque todo lo que hacía lo hacía desinteresadamente y rechazaba todo aquello que le ofrecieran.

Custodio vivió durante la guerra civil, por lo tanto pasó una muy mala época y también llegó a estar preso en dos ocasiones, la primera fue porque los médicos de Noalejo no veían bien sus funciones de curandero y la segunda se debió a que una mujer dijo ser su hija, pero al final la verdad salió a la luz y se descubrió que todo era una farsa.

También han ido pasando de generación en generación, oralmente, muchos de los hechos de este hombre, uno de ellos es que una vez lo fue a buscar la guardia civil de Frailes y el les pidió un momento de demora para cambiarse de ropa y los invitó a entrar a su casa y ellos se sentaron a esperar. Al rato cuando Custodio bajó dispuesto a ponerse en marcha y les dijo: yo ya estoy dispuesto, cuando ustedes quieran, a lo que ellos les contestaron: cuando nosotros queramos no, cuando usted quiera. Se les paralizaron las piernas y no se podían poner en pie. Cuando pudieron levantarse se marcharon y les dijeron al sargento que ellos no iban a volver a ir nunca más a detenerlo.

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Hay muchos mas testimonios cercanos a mi que lo conocieron y que han recibido alguna curación y bendiciones. Cuando alguien tenía problemas de salud iba a verlo, también lo visitaban personas que no creían en él y que habían hablado mal de su persona, él los recibía igualmente y los trataba como a cualquier otra persona aún sabiendo lo que habían dicho aunque solía hacerles algún comentario de lo que ellos habían dicho anteriormente, por esto todos se quedaban sorprendidos tras la visita.

Murió el 15 de agosto de 1961 en su casa. Varios días antes de su muerte mandó llamar a un cura para que lo confesara y a un médico para que certificara que estaba bien, para evitar que pensaran tras su muerte que no había sido un fallecimiento natural. Su tumba está en Noalejo, hasta ella lo trajeron a hombros desde La Hoya del Salobral a unos 24 Km., aproximadamente. Cuando llegaron a Noalejo con el a hombros bajaron hasta la plaza y estuvieron allí dando vueltas porque no querían enterrarlo hasta el anochecer. Junto a su tumba se encuentra la de uno de sus hijos, Matías. Y su tumba la comparte con su esposa y otro de sus hijos.


Leyendas, historias y milagros del Santo Custodio

  • Cierto día llegaron a la posada un matrimonio de Córdoba junto a varias personas más, preguntando por alguien que pudiera llevarlos a la Hoya de Salobral para ver al Santo Custodio. Se ofreció a llevarlos un hombre con sus dos mulos. Tardaron dos horas o quizás más cuando llegaron se acercaron a la casa del santo, el hombre que se asomó era bajito, regordete y con una sonrisa en los labios le dijo: "no puedo recibirlos porque esta gente viene en plan de juerga, diles que vuelvan a Noalejo que en ese plan no recibo a nadie, os echaré la bendición desde la ventana y marchad en paz" El Santo Custodio no dijo nada más tan solo se metió otra vez en casa, el hombre que acompañó al matrimonio no sabía por que el santo les había dicho eso, pero hoy ha comprendido que el santo sabía quien iba por razones serias y quien no, sin ni siquiera ver a su visitante.
  • Estando un señor enfermo, deciden ir a visitar al santo. Salieron muy temprano y pasaron pronto por el cortijo de la cruz y allí se encontraron con un buen amigo suyo, el dueño del cortijo. Este los paro y les dijo que subieran a desayunar, pero ellos se negaron porque no querían entretenerse y a pesar de que era su amigo siguieron su camino. Cuando llegaron el santo los recibió con mucho cariño y estuvo viendo al enfermo hasta ya llegada la tarde donde el Santo Custodio les dijo "Deberíais iros ya si queréis llegar al pueblo antes de que anochezca, porque en el camino de vuelta a casa el hombre que os habéis encontrado antes os está esperando y deberíais subir al cortijo con él." Se quedaron confusos porque no le había contado nada de aquel encuentro con su amigo y de llegar al pueblo con sol. Ya regresando efectivamente volvieron a encontrarse con su amigo que allí les esperaba, después de mucho insistir consiguió que subieran al cortijo para ver a su familia. El tiempo pasó volando y después de pasar un buen día decidieron regresar al pueblo y aún tenían tiempo de sobra antes de que anocheciera.
  • Fue un señor que llego a Noalejo a comprar ganado y le dijeron tenían que ir a la Hoya del Salobral a por el mismo. Entonces el hombre que tenia que comprar el ganado le dijo: "Si me dices que teníamos que ir a la Hoya del Salobral hubiera comprado una caja de pasas para llevarle a  Santo Custodio". Mientras tanto ellos continuaron hablando por el camino. Antes de comprar el ganado hicieron una visita a Santo Custodio, y este les dijo:"Mira a mi no me tienes que traer nada", y les estuvo diciendo todo lo que habían hablado por el camino. Los hombres quedaron sorprendidos y Santo Custodio continuo diciendo:"Lo que tienes que hacer es irte para Málaga, que tu mujer te espera de pie". Cuando llego a su casa encontró a su mujer de pie esperándolo, ya no estaba invalida. Santo Custodio de nuevo había hecho un milagro.
  • Era un médico especialista famoso de Madrid que tenia una hija que estaba enferma, la llevo a varios especialistas y todos le dijeron lo mismo que no tenia solución. Escucho de sus pacientes comentarios sobre Santo Custodio y decidió llevarla como última solución. Viajo a la Hoya del Salobral donde vivía el Santo, cuando llegaron a su casa les dijo que no tenia ninguna enfermedad. Solamente les mando que salieran a la puerta que había una fuente y que bebiera tres vasos seguidos de agua. Todo fue un gran milagro que la muchacha sano de su enfermedad. El médico junto a su hija visitaban todos los años a Santo Custodio. Después de fallecer siguieron yendo a la tumba situada en el cementerio de Noalejo. En la actualidad el médico ha fallecido, pero su hija sigue visitando la tumba del Santo que le curo de su mal.

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