Historia Moderna (Benatae)

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La historia del municipio de Benatae y de sus habitantes (naberos) en los últimos cinco siglos ha transcurrido inmersa en lo que fueron las pautas generales que marcaron el devenir de Segura de la Sierra, a la que ha estado estrechamente ligada, y a su comarca. Una historia, por otra parte, que ligó también a Benatae por tiempo al reino de Murcia, a la Orden de Santiago, a la Encomienda Mayor de Castilla, a la Real Chancillería de Granada, o incluso al Obispado de Cartagena. Y una historia, por último, que tuvo dos fechas emblemáticas en lo que fue el final del Medievo: en primer lugar, la de 1175, cuando fue conquistada por Alfonso VIII; en segundo lugar, la de 1415, cuando el rey don Juán II de Castilla le otorgó el título de villa.

Al margen de ello, y en lo que se refiere a aspectos demográficos y sociales, el devenir de la villa de Benatae ha discurrido a lo largo de los años de su Edad Moderna y Contemporánea marcado por el estancamiento poblacional ,salpicado de coyunturas de retroceso demográfico, en la mayor parte de este tiempo. Un estancamiento que le llevó, ya a principios del siglo XX, a alcanzar la nada desdeñable cifra de 863 habitantes. Y es que fue precisamente a partir de estos años cuando el incremento demográfico se hizo notar de una manera evidente: 1.103 habitantes en 1910, 1.277 en 1920, 1.433 en 1930, 1.491 en 1940 o 1.538 en 1950. Cifra esta última que alcanza su verdadera dimensión si tenemos presente que a mediados del siglo XIX, el municipio contaba con una población estimada en unas 658 almas, o lo que es lo mismo, en algo más de un siglo, los habitantes de Benatae se habían incrementado en un 233 %. Situación que, por contra, comenzó a cambiar en la segunda mitad del siglo XX. Los 1.497 habitantes de 1960, los 825 de 1975, los 767 de 1986 o los 608 de 1991 así lo ponen de manifiesto. Si a mediados del siglo XX, y con respecto a mediados del XIX, el incremento era del 233%, a fines del mencionado siglo XX la realidad demográfica que se describe con respecto a mediados del siglo pasado es bien distinta, esto es, del 92%. Las penurias económicas que sufrió la comarca en general durante buena parte del franquismo así como la sangría demográfica que significó la emigración en toda la zona están en la raíz de este cambio de perspectiva y orientación demográfica.

Evolución Población Benatae

Hoy día, con el renacimiento de la búsqueda de la calidad de vida y la tranquilidad Benatae es un magnifico destino para aquellos que deseen alejarse del estres y el ruido, se espera que en los años venideros sufra un aumento considerable de población debido al turismo rural y la calidad de vida que nos ofrece.

En el ámbito económico y productivo el aspecto más señero sin lugar a dudas lo constituye su decidida orientación agroganadera. Ya desde mediados del siglo XIX los informes nos destacan la producción de trigo, cebada, centeno, escaña, maíz, cáñamo, vino, aceite, criadillas y seda; junto a ello las labores de cría de ganado -aunque poco-, las actividades relacionadas con la caza (liebres, perdices,...) y aquellas otras vinculadas al corte de maderas venían a constituir los ejes referenciales de su imagen productiva. Imagen que se confirma unos años más tarde, a fines del siglo XIX, y en la que nuevamente vuelven a sobresalir, dentro de la superficie dedicada a cultivo, las 1.453 hectáreas destinadas al cereal, las 483 plantadas de olivar, o las 2.436 hectáreas de pastos y monte.

Benatae visto desde penalta peq.jpg

No debiera extrañar, en este sentido, que sea precisamente la cuestión forestal la que se convierta, de hecho, en uno de los signos distintivos y de disputas dentro del municipio durante buena parte del siglo XIX. Las 3.540 hectáreas de cabida total de los montes del término municipal de Benatae establecidas en el Catálogo de 1862 frente a las 3.632 hectáreas recogidas en el Catálogo de 1901 muestran de forma meridiana la resistencia a la corriente privatizadora que caracterizó a esta centuria en esta materia. Hecho este que no fue, por otra parte, ni casual ni coyuntural si tenemos presente que a la altura de 1989 el término municipal de Benatae seguía conservando 2.048 hectáreas dedicadas a especies arbóreas forestales, cifra que constituye nada más ni nada menos que el 49,75% del total de su superficie agrícola. El 50% restante de tierras labradas, siempre según datos de 1989, lo van a estar dedicadas básicamente al cultivo olivarero (1.552 hectáreas), y en menor medida al cereal (298 hectáreas), a pastos (65 hectáreas) y frutales (18 hectáreas).

Sectores productivos que se concretaron en una estructura productiva marcada por la fuerte parcelación de las explotaciones y por un más que relevante protagonismo cuantitativo de la pequeña propiedad. En 1928 el número de pequeños propietarios y arrendatarios en Benatae alcanzaba la cifra de 329, en 1934 la cifra se redujo a los 288. Situación esta que, en muy buena medida, persiste incluso hoy día al constatarse cómo a la altura de 1989 el número de parcelas con que contaba el término municipal de Benatae se elevaba a las 529, de las cua­es 408 no superaban la extensión de las 5 hectáreas de superficie mientras que tan sólo 8 tenían más de 50 hectáreas.

Actividad olivar peq.jpg

Fuerte parcelación de las explotaciones e indudable protagonismo de los pequeños propietarios y arrendatarios agrícolas en la historia más reciente de Benatae que ayuda a explicar, al menos en parte, el fuerte peso específico que desde un punto de vista político e institucional han tenido durante tiempo las formaciones conservadoras en la localidad. El triunfo de la candidatura monárquica en las municipales de 1931, el del Bloque de los Agrarios en las constituyentes de 1931 o el del Bloque Nacional en las de febrero de 1936 ponían ya de manifiesto tanto el asentamiento de las formaciones conservadoras en la localidad cuanto la vigencia de proyectos de cooperación política (especialmente visibles en Benatae y en toda la provincia en la coyuntura de 1933-1935) propios de tiempos y coyunturas caciquiles del pasado. Inmovilismo y pasividad política que quedó sancionada, como puede suponerse, tras la finalización de la Guerra Civil en 1939 y a lo largo de todo el periodo franquista.

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