Iglesia de San Benito (Porcuna)
La iglesia de San Benito es uno de los vestigios más importantes de los prioratos y antigua Encomienda de la Orden de Calatrava en Jaén, ya que el origen de su fundación se puede remontar a mediados del siglo XIII, tras la conquista de la ciudad por San Fernando en 1240, cuando Porcuna fue entregada a la Orden Militar de Calatrava, la cual establecerá en ella dos prioratos, el de San Benito y el de Santa María de la Coronada.
La factura originaria del templo la podemos datar entre finales del siglo XIV y principios del XV, con ampliaciones y modificaciones posteriores durante los siglos XVIII, XIX y XX.
Es una iglesia de estilo gótico y tiene elementos románicos, barrocos y neoclásicos bien diferentes entre si. Tiene dos naves en forma de “L”, la principal con bella arquería de arcos y capiteles con motivos vegetales. El exterior exhibe una portada barroca y un campanario con cubierta del siglo XVIII.
El edificio conventual, anexo a la iglesia, formó parte del antiguo patronato de San Benito, constituido por el cortijo de su nombre y otros terrenos. Se erigió anexo a esta ermita situada en la afueras de la ciudad y debió ser construido por algún prior de la Orden de Calatrava o por los mismos caballeros de la Orden para que sirviera de santería y a la vez de asilo de los religiosos transeúntes. Fue Priorato y Monasterio Benedictino en 1437.
El espacio interior del templo, con su estructura articulada de arcos transversales de piedra apoyados sobre columnas de capiteles tallados con temáticas vegetales muy esquematizadas, las cuatro portadas mudéjares del interior y la de acceso al huerto, constituyen un exponente claro de los escasos ejemplos bajo medievales de la provincia de Jaén.
La pequeña iglesia ha recogido, desde la cristianización de Porcuna, toda la religiosidad popular alrededor de la imagen de San Benito. Imagen que, según la tradición, tras la reconquista de la ciudad fue encontrada en una «cueva» situada en el huerto contiguo al templo, lugar donde había sido ocultada ante la invasión musulmana, siendo restablecida al culto. Todo lo cual constituye la base de importantes festividades religiosas que giran en torno al patrón de la villa, San Benito, como la celebración, según costumbre centenaria, en el día de su festividad, el 11 de julio, de dar a besar la reliquia del santo, o la denominada Feria Real de Porcuna, que tiene su origen en la protección milagrosa que ejerció sobre la villa durante la terrible tormenta acaecida en la madrugada del 4 de septiembre de 1749.
Descripción
La iglesia está situada en el extremo oeste de la ciudad y al principio se encontraba aislada del casco urbano, pudiéndose considerar más bien una ermita, hasta que a partir del siglo XVIII se fue consolidando en su entorno el barrio que recoge su nombre.
Según Antonio Recuerda Burgos, la iglesia de San Benito estaba unida e incorporada a la iglesia de San Juan de Letrán en Roma, por lo que participaba de las mismas gracias e indulgencias papales, lo cual fue conseguido por el prior don Francisco de Barrera y Rivera a finales del siglo XVI y principios del XVII. Entre otros, uno los privilegios que tenía el altar de San Benito era el de indulgencia plenaria por cada misa que en él se dijera.
El templo actualmente consta de dos naves perpendiculares que se prolongan al norte y al oeste en ángulo recto y, comprendido en el ángulo de unión de ambas, se halla la capilla de la Soledad, un pasillo y la Sacristía, tras la que están ubicados dos patios en uno de los cuales se encuentra la histórica «cueva», una pequeña cripta abovedada donde según la tradición estuvo oculta la imagen de San Benito. La popularmente conocida como «cueva» se trata en realidad de una cisterna construida durante los primeros años del Priorato de Calatrava y estaba situada en la zona del huerto.
La edificación anexa a la iglesia, de dos plantas con numerosas habitaciones, otro patio y un huerto en mal estado de conservación, corresponde con lo que fuera el antiguo monasterio benedictino.
La factura constructiva original de los inmuebles hay que enmarcarla entre los siglos XIII al XV, con reformas y añadidos que avanzan hasta los siglos XVIII y XIX principalmente, constituyendo su compleja historia material una verdadera estratigrafía de hechos arquitectónicos.
La iglesia presenta una nave principal orientada hacia el oeste, dividida en cinco tramos mediante arcos transversales apuntados de piedra probablemente de finales del siglo XIV, que apoyan sobre pilastras también de piedra, de capiteles troncocónicos y con cimacios decorados con motivos vegetales tallados de forma muy esquemática y estilizada. La cubierta es de bóvedas de aristas en cada uno de los tramos.
En el muro derecho de la nave, se abre la capilla de la Soledad cuya portada está formada por un arco apuntado de piedra de las mismas características que los de la nave, cerrada con reja y cubierta con bóveda de aristas con decoración radiada y medallones. Al fondo se ubica un camarín cubierto con cúpula sobre pechinas con decoración a base de estucos policromados.
A continuación se encuentra la sacristía, una estancia rectangular a la que se accede a través de un arco apuntado de cantería de buena factura, en cuyo interior se conservan arcos sobre columnas de piedra de estilo gótico. Detrás hay un patio al que se entra a través de una pequeña portada con arco de herradura apuntado de estilo mudéjar.
La segunda nave, situada en ángulo recto con la anterior, correspondería a una estancia del convento, posiblemente el refectorio, la cual se anexionaría tras la reforma efectuada en el siglo XVIII. La cubierta es de bóveda de medio cañón y en la cabecera está situado el retablo de San Benito, de estilo barroco, de madera, tallada y dorada y de un solo cuerpo, en cuya hornacina central se aloja la imagen de San Benito, imagen realizada a mediados del siglo XX por el imaginero cordobés Manuel Mora Valle, tras la destrucción de la primitiva en 1936. El santo se encuentra vestido como un monje, con túnica de terciopelo negro y capucha, llevando en la mano derecha el báculo y en la mano izquierda el libro de reglas benedictino.
A través de esta segunda nave y por una portada mudéjar, se accede a un pequeño patio, el cual antes formaría parte del huerto del convento, en donde se encuentra la legendaria «cueva de San Benito», una pequeña cripta de losas de piedras que sirve de acceso a un pozo con bóveda de cantería de gran belleza.
En el exterior destaca la portada principal, situada a los pies de la primera nave, tallada en piedra según el estilo barroco de principios del siglo XVII. Se estructura a base de un arco de medio punto con jambas cajeadas flanqueadas por pilastras con sencillos capiteles, friso liso y frontón partido en el que se ubica una hornacina avenerada y sobre ella un frontón triangular; se remata con una espadaña formada por dos cuerpos, de dos vanos el inferior y uno el superior, terminada en un pequeño frontón triangular con pináculos. En los muros sur y oeste se añadieron contrafuertes en el siglo XIX para impedir la abertura de la nave y en el muro este se conserva una portada ciega de arco apuntado de cantería.
En el siglo XVIII el templo fue restaurado y enriquecido con obras de arte las cuales desaparecieron en los actos vandálicos de 1936. Al siglo XIX corresponden las obras de la capilla de la Virgen de la Soledad y su camarín. En 1899 se solicitó la cesión del exconvento benedictino, contiguo a la ermita de San Benito, para la creación de un hospital de beneficencia. En 1923, la comunidad de religiosas hermanas de San José, «Veladoras de Enfermos», se hicieron cargo del mismo y remozaron el edificio. Hacia 1970, se llevaron a cabo nuevas obras de restauración, financiadas por el Ayuntamiento de Porcuna, que le han configurado su actual imagen.
La Feria Real de Porcuna en honor a San Benito, que tiene lugar del 4 al 6 de septiembre, se origina según la leyenda en el milagro realizado por dicho santo y la Virgen de la Soledad, cuando la terrible tormenta acaecida sobre la ciudad el 4 de septiembre de 1749. Un grupo de personas buscó refugio y protección en la iglesia de San Benito y, según se asegura, la tormenta cesó de repente y las imágenes aparecieron con los pies manchados de barro. Desde entonces fue muy grande la devoción al santo y de gran esplendor sus fiestas y, a partir de entonces, la feria que se celebraba en el mes de julio se trasladó a los días 4, 5 y 6 de septiembre, obligándose a sacar en procesión el día 4 las imágenes mencionadas. Hay que tener en cuenta que la Feria Real marca el principio y final del año agrícola y que es la feria de ganado que tradicionalmente se ha celebrado en la población.
Relacionado con el suceso de la tormenta, existía un exvoto pictórico muy conocido, un cuadro del siglo XVIII que reflejaba dicho suceso y el milagro, el cual desapareció con el resto de enseres de la iglesia en 1936.
Otra festividad de Porcuna relacionada con San Benito es la costumbre de dar a besar la reliquia del Santo el día de su festividad, el 11 de julio. Esta reliquia que en origen se conservaba en la iglesia de San Benito y estaba colocada, según las crónicas, en el altar de San Benito junto con muchas otras reliquias, hoy se guarda en el Tesoro de la Parroquia de Ntra. Sra. de la Asunción. Aunque la devoción a San Benito se remonta a la época de la Reconquista, la existencia de la reliquia es más reciente, de 1719, fecha del documento escrito en latín sobre papel guardado en la pequeña cajita que soporta el relicario.
El relicario y el documento acreditativo quedaron en la iglesia y casas del priorato tras la desamortización, hasta que el padre Galera lo adquirió y, debido a su mal estado, lo adhirió a un nuevo papel y lo introdujo en otra carpetilla el 19 de marzo del año 1854, siendo así como actualmente se conserva.
Bienes muebles
Imagen de San Benito.
Escultura: imagen de vestir. Materia: madera. Técnica: tallado, enfoscado y policromado. Medidas: 70 cm de altura. Época: mediados del siglo XX. Autor: imaginero cordobés, Manuel Mora Valle.
Relicario de San Benito
Técnica: orfebrería. Materia: plata. Época: siglo XVIII. Tiene la forma de una pequeña custodia, de 23,5 cm de altura. En el ostensorio, de forma ovalada, de 5 x 4,5 cm de eje, se encuentran las reliquias del San Benito, un pequeño fragmento de hueso y un cartel con el nombre de «S. Benedictus». En la base, una cajita paralepípeda cuadrangular, de 8 cm. de lado y 2 cm. de altura, acogía en su interior en un cajoncito el documento acreditativo de la reliquia. Actualmente se conserva en el Tesoro de la parroquia de Ntra. Sra. de la Asunción.
Documento de autentificación de las Reliquias de San Benito guardado en el archivo parroquial, (transcripción efectuada por Antonio Aranda Calvo en «Apuntes sobre el Archivo Parroquial de Porcuna», Boletín del Instituto de Estudios Giennenses, núm. CLIX, 1996):
«ABRICIUS CIMINO,/Sac. Theolog. Doctor, dei et Apostolicae Sedis Gra… Ecclesiae/Uritanensis Epis./Universis et singulis presentes nostras inspecturis fidem faciamus indubia…. Atque testamur quantis/Nobis exhibitis quibusdam Sacris Reliquias, eas authenticis locis extractas, ac documentis authenticis/igiloqu… munitas recognovimus; ex quibus sequentem videlicet. “Sacram Reliquiam/ex Ossibus Sancti Benedicto Abatis repositas in theca argenta / fierrng ovales duplici cristillo munita et illo serico ligata”/coloris “rubri” colligata nostroque in cera rubra hispanica impresso sigillo pro illius dentitate o/….gnat reposuit ad maiorem Dei Gloriam, et veneratione / dono dedimus et largito..imus/….ad effectum dictam Sacram Reliquiam penes se retinendi aliis donando, extra Urbem nit /…..in quacumque Ecclesia, Oratorio,seu Capella publicae Fidelium veneratione exponendi. In quocunque/…s presentes manu nostra subscriptas, nostroque firmatas sigillo expediri mandavimus….... Edibus nostris “VpiE die 20 mensis apilis 1719 (ilegible)”. Gratis ibique “Alexander Moti Presbtr.º”».
Catalogación
Es declarada Bien de Interés Cultural desde el año 2003. La delimitación del Bien afecta a la totalidad de la iglesia y a los restos del convento de San Benito, tanto el inmueble como sus huertos.
Localización
Referencia
Decreto 534/2008, de 22 de diciembre, por el que se inscribe en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz como Bien de Interés Cultural, con la tipología de Monumento, la Iglesia de San Benito y los restos del Convento de San Benito, en Porcuna, Jaén
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