Iglesia de San Mateo (Baños de la Encina)

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Iglesia Parroquial de San Mateo, de Baños de la Encina.


Historia

En la relación de parroquias y ermitas del 1515, el templo de San Mateo , aún no existía, al menos con este nombre. El Edificio que hoy vemos se correspondería primitivamente con el de Santa maría, por ser la advocación a quien los castellanos solían dedicar la consagración de las mezquitas de los pueblos reconquistados, así como los templos de nueva creación. La fábrica gótica del edificio se corresponde cronológicamente con el siglo XV, teniendo importantes reformas en el XVI, quedando definitivamente acabado en el XVIII. El templo en su conjunto aparenta una armonía constructiva al ser todo de sillería homogénea.

En su lado Oeste- pies del templo o fachada principal- destaca la Torre, de base circular pasa a convertirse en un cuerpo prismático ochavado, liso, de buena labra y correctas proporciones; estilísticamente gótico, si bien su remate es ya renacentista, tipo que vemos repetido en otros templos de la comarca como el de la Encarnación de Bailén o Santa María de Linares.

De sobriedad decorativa, dos molduras contornean el cuerpo, la primera a la altura del edificio de la iglesia y la segunda que hace de base al cuerpo de campanas. Este con vanos de arco de medio punto, corresponiéndose uno por cada cara. Sobre éstos un original friso de bolas vidiradas, una cornisa no muy saliente, y un ático rematado en sus ángulos a modo de pináculos, por unos flameros; en uno de ellos figura el 1596. El nombre del arquitecto Andrés de Vandelvira ( 1509-1575) está relacionado con esta obra.

Ermita de San Mateo

Entre la torre y un contrafuerte en esquina la portada principal. gran vano con arco de medio punto entre jambas decoradas con una figura rectangular; sobre la línea de impostas, algo salientes, descansa el arco cuya rosca aparece con casetones, coincidiendo con la clave un adorno o ménsula; una línea de ovas y flechas recorre el extradós; por encima aparecen marcadas las enjutas. Enmarcándola toda aparecen dos pilastras cajeadas sobre pedestal, descansando sobre unso capiteles muy planos y geométricos un arquitrabe a modo de moldura, un friso decorado por una sucesión de glifos y una leve cornisa; correspondiéndose con el eje de las pilastras dos pináculos algo romos. Los clavos o herrajes de la puerta son interesantes.

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Sobre este conjunto, no descansando directamente sobre él, aparecen tres motivos iconográficos. En el centro, tres ménsulas sostiene una hornacina adintelada con pilastras jónicas cuarteadas, figurando en su interior el altorrelieve de San MAteo, representado muy clásicamente: San Mateo de pie está escribiendo, sobre un pequeño pedestal que hace de escrotorio, lo que le dicta la figura arrodillada alada ( un ángel) que tiene a su izquierda. A sus lados, enmarcados en círculos, dos escudos de prelados jiennenses ; el de la izquierda irreconocible, el de la derecha de Don Francisco Delgado, que ocupó el sillón episcopal desde 1566 al 1576.

La puerta bajo un canon clásico se corresponde con obra realizada en la segunda mitad del XVI, viniéndole la decoración geométrica por influencia de la fachada principal de la Universidad de Baeza, dándose otros ejemplos en la zona.

Algo más elevado aparece el único vano de arco de medio punto, enmarcado por jambas y arquivoltas decoradas, destacando la sobresaliente línea de imposta. Remata todo el conjunto un pequeño voladizo figurando en su parte inferior modillones con bolas decorativamente adosadas; voladizo que sigue por ambos lados.

A la izquierda de la fachada aparece una capilla- hornacina en donde se aloja una cruz. Es la antigua capilla de las Animas, de líneas arquitectónicas muy simples; arco de medio punto rematado por un entablamento en cuyo friso se lee "Se hizo esta capilla año de 1711 a devoción de los fieles"

En el lado Sur destacan los volúmenes arquitectónicos construidos con posterioridad al cuerpo principal. Entre ellos aparece otra portada más simple que la anterior, Vano con arco de medio punto de cuya línea de imposta sale una moldura que forma un simple afiz decorado con ovas y flechas; en la dovela central o clave aparece un adorno saliente. El profesor Galera Andreu cree que el autor de la misma es Francisco Arenda, pues en 1587 le abonan al mencionado autor 4.828 maravedíes por una portada de labró para la iglesia de Baños. A este mismo arquitecto se le atribuye la portada principal llamada " del Perdón".

Más a la derecha en el cuerpo que se corresponde con la sacristía aparece sobre el muro una elegantísima ventana, de herraje saliente y encuadrada por varias molduras; sobre ella un fino frontón en cuyo tímpano aparece un círculo la fecha de 1610. Por encima dos escudos, bien labrados, del Prelano Sancho Dávila y Toledo ( 1600-15). En la cabecera, seguimos en el lado sur, tres vanos con arco de medio punto, destacando el barrotaje de forja abalaustrado del balcón.

Por su parte superior, sobre el cuerpo más elevado, sobresalen decorativamente cuatro remates en forma de pináculos, de elegantes proporciones, correspondiéndose con cada esquina del alto cuerpo.

Ya en su interior presenta una planta de cruz latina, resultado final de su definitiva ampliación en el siglo XVIII. El primer tramo corresponde al originario templo gótico del siglo XV, con tres capillas en el lado del Evangelio y una en el lado de la Epístola; los soportes, seis en total, adosados al muro, están recorridos por baquetones, abriéndose a la altura de unos efímeros capiteles y formando las bóvedas de nervadura, que son de terceletes, tres en total separadas por arcos ojivales. A los pues aparece un coro de moderna factura. A continuación el crucero ( transepto y cabecera) da más amplitud al templo, obra ésta realizada a mediados del siglo XVIII por el arquitecto carmelita fray Pedro De San Jośe. Espacio que se alza sobre macizos machones con pilastras corintias adosadas y sobre sus capiteles un entablamento de arquitrabes graduados. A este espacio en la altura , se pasa por un ancho arco toral decorado por figuras mixtilíneas, las mismas que se repiten en las bóvedas de medio cañón con lunetos que cubren los brazos del crucero, en cuyos tímpanos se abren unas ventanas, enmarcadas con adornos lineales curvos, figurando encima de las mismas el escudo del obispo don Benito Marín y Rubio ( 1749.69) en el lado Sur, y el de don Andŕes Cabrejas y Molina ( 1738-46) en el lado Norte, prelados promotores de las obras de ampliación del templo. El presbísterio aparece más elevado con respecto al resto del edificio. E en el centro la bóveda semiesférica sobre pechinas , apoyándose sobre una circunferencia formada por líneas arquitectónicas formas similares a las del entablamento que recorre los brazos, aquí decorados con unos adornos pinjantes coincidiendo con los radios de ma media naranja, cuyo intradós queda dividido en ocho triángulos de motivos vegetales que enmarcan unos óculos ; una linterna remata el conjunto. Sobre las pechinas los mismo elementos decorativos con la representación iconográfica del Tatramorfos ( los cuatro Evangelistas, Marcos, Mateo, Lucas y Juan).

  • Capillas:

En el lado del Evangelio hay tres capillas, la de la Virgen del Carmen, la de Jesús Nazareno y la de la Virgen del Pilar, destacando en ellas su nivel arquitectónico, no guardando esculturas de valor.

La de la Virgen del Carmen es una capilla hornacina, labrada en piedra. Muy bien enmarcada por dos pilastras sobre pedestal, coronados por dos sencillos capiteles sobre el que descansa un entablamento bien definido. La hornacina abre su vano con jambas lisas y un arco de medio punto, en cual se apoya en la línea de impostas; las dovelas aparecen bien limitadas, decoradas con un almohadillado, resaltando en su dovela central una ménsula son sentido decorativo. En la corta bóveda que cubre su espacio se repite el mismo almohadillado.

LA capilla de Jesús Nazareno ocupa un espacio más amplio, accediendo a él por un gran vano de jambas lisas y arco de medio punto. De la línea de impostas salen la moldura que recorre el arco y las pilastras que enmarcan este cuerpo, todo esto ya en su estuco, cerrando un entablamento de líneas muy rectas. En las enjutas aparecen dos cruces de Calatrava, una a cada lado. El cuerpo superior está presidido por un gran espacio rectangular enmarcado por molduras, pilastras, aletas, cerrado por su parte superior con un frontón curvo. A los lados aparecen policromados los escudos de sus fundadores o patronos; a la izquierda el de Molina de la Cerda y a la derecha el de los Salcedo. En su interior, con una desafortunada restauración en el color, sobre la pared del fondo y todo en estuco, una hornacina entre columnas pareadas jónicas adosadas de coyo entablamento resalta el friso decorado, apareciendo en el espacio superior una madonna en un tondo y a los lados unos personajes en actitud orante. en la bóveda vaída que cubre el espacio aparece muy bien estructurada simétricamente la decoración. Del centro, un medallón con un Todopoderoso, van descendiendo unas figuras geométricas rectangulares que alternan con otras ovaladas figurando en estas últimas los cuatro Evangelistas con sus símbolos; todo en su conjunto rítmicamente unido por motivos de cintas y cabezas de angelotes. Este armonioso conjunto está realizado a mediados del siglo XVI.

La capilla del a Virgen del Pilar es las más antigua, del XV, correspondiéndose su obra con la originalidad del edificio. Toda de sillería en la que un gran vano con arco de medio punto comunica su espacio con el resto de la nave; acceso que queda enmarcado por dos columnas adosadas y sobre pedestal de fino fuste, rematadas por unos capiteles corintios muy medievales cobre los que se asienta una cornisa de varias molduras que cierra el conjunto por su parte superior. En las enjuntas aparece el mismo escudo de armas, de sus fundadores, apareciendo en su campo cuartelado en cruz, dos cruces de Borgoña alternando con dos medias lunar.

De planta cuadrada está cubierta por una bóveda de nervaduras de terceletes , al igual que las de la nave principal.

Junto a esta capilla aparece una magnífico púlpito del siglo XVIII, en el que se alterna el mármol rojo de Cabra con el negro en la escalinata, pies y base, estando todo elegantemente decorado con dibujos geométricos. La balaustrada de forja presenta un barrotaje doblemente abalaustrado con tres nudos y pasamanos simple. En la escalinata, por su parte interior se lee la siguiente inscripción:

Me hizo a sus expensas y devoción el señor, licenciado don Francisco Charidad Villalobos prior de esta iglesia. Años de 1746.

La capilla-camarín de nuestra señora de la Encina, patrona de la villa, está ubicada en el ángulo izquierdo entre el transepto y el tramo de la cabezera. Obra muy posterior consistente en un espacio cuadrado cubierto por una bóveda semiesférica sobre pechinas. Decorada por unas discretas pinturas que se encuentran en mal estado. La imagen es la de una Virgen con Niño de origen medieval como su culto pero con ropajes barrocos, no conservándose la originalidad, así como las coronas y el rostrillo; ambos rostros reflejan serenidad. Con motivo de su Romería en el mes de mayo es trasladada a su ermita que más adelante se describe.

En el lado de la Epístola aparece solamente una pequeña capilla-horancina. Es la de San Juan Evangelista que presenta un porte muy clásico. El vano de arco de medio punto aparece enmarcado entre pilastras de capitel dórico que sostiene el arquitrabe, friso y cornisa, coronado todo por un frontón. La obra muy bien conjuntada y armoniosa tiene la originalidad de estar pintada con motivos arquitectónicos barrocos, así como con elementos decorativos vegetales. Por encima del frontón, siguiendo el eje de las pilastras aparecen los escudos de Delgado de Castilla.

A este mismo lado de la primitiva sacristía, obra del siglo XVIII. Espacio rectangular cubierto por una bóveda de cañón con lunetos y con unas molduras que realzan unos lineales dibujos, decoración que parte de la línea de impostas, bien marcada con friso liso y saliente cornisa. Es muy interesante la puerta de nogal de casetones rectangulares con motivos carnosos vegetales en el centro; en ella aparece la fecha de 713. A su lado izquierdo hay un aguamanil del mármol rojo de Cabra.

En el templo de nuevo , a los pies , enmarcada por un elegante alfiz, está la entrada a la torre, siendo bastante visible en el muro derecho del primer tramo, a media altura, un pasillo que va desde el coro al crucero, protegido por na balaustrada de forja.

Desde el presbiterio preside el espacio sacro un gran retablo dorado . Sobre banco se eleva un primer cuerpo formado por tres calles separadas por columnas corintias, apareciendo en relieve la Inmaculada Concepción en el centro y a los lados, pintados sobre tabla San Juan Bautista y San Luis, Rey de Francia. El cuerpo superior formado por un tríptico y coronado por un arco rebajado aparecen pintados San Mateo en el centro y San Joaquín y Santa Ana con la Virgen niña a los lados. El retablo es obra de Palma Burgos realizado en la década de los cincuenta, estando estilísticamente dentro de la corriente ecléctica de la posguerra, siendo su valor artístico cuestionable. No debería ocurrir esto en el primitivo retablo, desaparecido en el 193, obra al parecer de Blas Enrique de Figueredo realizada en el década de los ochenta del siglo XVI, entallador que venía trabajando con el retablista Sebastián de Solís; unas once pinturas y otras tantas esculturas formaban sus repertorio iconográfico, distribuidas en un banco, tres cuerpo y tres calles.

  • El Sagrario

Es una pieza de indiscutible valor histórico y artístico. Localizado en el altar mayor, su forma es de una caja prismática que figura un pequeño templete. En su frontispicio hay una pintura contorneada por adornos mixtilíneos que enlazan con un frontón curvo truncado en cuyo tímpano también aparecen elementos decorativos. A los lados se destacan columnas redondeadas, corintias, las cuales se prolongan al cuerpo superior por unos pináculos bulbosos. Corona el conjunto un capitel piramidal de influencia oriental, rematado por una escultura de un pelícano dando de comer a sus crías sangre de su pecho herido , estando su simbologías unida a la de la crucifixión de Cristo que da su sangre en la cruz para redimir a la humanidad; escena que también va unida a la de caridad. La pieza, del primer cuarto del siglo XVIII, de cierto aire veneciano, es de madera de ébano con adornos de plata, marfil y concha de carey. La pintura es un óleo cobre tabla de unos 28*50 cms. que representa a Jesús Niño en una atmósfera celeste- Gloria de ángeles niños- en actitud caminante, sobre una nube, vestido humildemente, portando en su mano derecha un cáliz de oro con la Sagrada Forma y en la izquierda sujetando la cruz que por abajo le ayuda a sostener un angelote. Varios grupo componen la escena portando tres ángeles, de la parte inferior, elementos relacionados con la pasión como el flagelo, el sudario o paño de la Verónica, y la bolsa de la traición de Judas. la pintura guarda una equilibrada composición cuyo colorido, algo frío, está atenuado por sus tonalidades suaves, estando dentro de la línea compositiva de Bartolomé Esteban Murillo ( 1617- 1682), autor a quien tradicionalmente se le viene atribuyendo esta obra. Viendo la pintura detenidamente podemos apreciar que los rasgos infantiles pierden aquí algo de la delicadeza y finura del maestro sevillano.

Hay que relacionarla con el pintor, también de Sevilla, Domingo Martínez ( 1688-17u49), el cual se forma bajo la influencia murillesca . Pintor que recomendado por Jean Ranc rechaza ser maestro de la Corte de Felipe V, compaginándose en su pintura el espíritu de Murillo con la influencia de la pintura francesa que capta durante el tiempo que la Corte permaneció en la Capital hispalense de 1729 a 1733. Así pues, este Niño Jesús Pasionario del Sagrario de la Iglesia Parroquial de Baños es de Domingo Martínez, a su maestría se debe tal obra, el pintor más influyente de la Sevilla de la primera mitad del siglo XVIII, atribuida correctamente por el profesor Diego Ángulo en 1982. Pintura que estilísticamente anuncia ya claramente la venida del Rococó.

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