Lavadero del Nacimiento del Río San Juan (Castillo de Locubín)
El lavadero del nacimiento del Río San Juan de Castillo de Locubín es de planta rectangular y regular. Se encuentra abierto al exterior en todo su perímetro. Posee dos hileras de piedras de lavar dispuestas a ambos lados del cauce. El nacimiento del arroyo se encuentra dentro del inmueble, en uno de sus laterales. Posee seis vanos ubicados entre los pilares y un vano cuadrado de reducidas dimensiones ubicadas en el vértice del muro con la cubierta. Los materiales constructivos son piedra y barro en los pilares, construidos a base de mampostería; losas de piedra para lavar; armadura de cubierta de doble vertiente, orientadas hacia cada una de las hileras de pilares; construida por una Uralita.
Los elementos sustentantes son seis pilares exentos de grandes dimensiones tanto en altura como en grosor. Armadura de cubierta de vigas de hierro; cubierta de Uralita. Los elementos sustentantes son seis pilares exentos de grandes dimensiones tanto en altura como en grosor. Armadura cubierta de vigas de hierro; sistema de cubierta de doble vertiente, orientadas hacia cada una de las hileras de los pilares; construida de Uralita. El suelo es de piedra. Existen dos filas de piedra de lavar, y en uno de los laterales se encuentra el nacimiento. El inmueble es de gran interés etnológico, tanto desde el punto de vista arquitectónico como por la actividad que allí se desarrolló. Posee una gran antigüedad aunque no se sabe exactamente la fecha de su construcción.
En la actualidad se encuentra en desuso como lavadero, pero tradicionalmente ha sido utilizado por las mujeres del barrio y por los hortelanos para abastecerse de agua en el desarrollo de sus tareas y también como lugar de paseo al estar ubicado en un paraje natural de gran belleza. Es peculiar por su magnitud, sus grandes pilares y el nacimiento del arroyo que deja pasar sus aguas entre las hileras de piedras. La actividad se caracterizaba por que el lavado de ropa se realizaba desde dentro del agua hacia fuera por lo que las mujeres habían de sumergir sus pies en el arroyo. Este lavadero debido a que ya no se realizaban las funciones para la que fue construido, estaba en estado semirruinoso habiendo sido restaurado por la Escuela Taller “Juan de Aranda II ” (2006).
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- David (Discusión |contribuciones) [4]