Calle La Guardia (Los Villares)

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Situación

Con sus 350 metros de longitud y sus 5 metros de anchura, nace en la Calle Moraleda Alta y acaba en el puente sobre el Río Frío, popularmente conocido como "El puente del río Cantón", donde comienza la Calle Ladera, llamada así por su pronunciada pendiente.

Historia

Es una de las calles más antiguas de nuestro pueblo, si bien no estaba en el trazado fundacional de Juan de Reolíd, si aparece ya en el censo de 1.735 lo que nos indica que fue una de las primeras ampliaciones del plano urbano de Los Villares.

En su primer tramo de ligera pendiente hasta el llamado patinillo, donde en la antigüedad hubo uno de los muchos pilares distribuidos por el pueblo y frente a él existe el portillo que da entrada a las huertas existentes junto al río. Desde ahí, su trazado es llano e irregular, hasta el puente sobre el río, donde finaliza la calle. Este puente fue inaugurado durante las fiestas del Rosario del año 1.924, por "D. Juan Tuñón Garrido" , acalde de la localidad, siendo bendecido por el párroco D. Francisco Ortega Espejo. Antes de que se construyera el puente, la comunicación con la calle Ladera, era a través de unas piedras conocidas popularmente como "coladeras", sobre el río lo que dificultaba su tránsito cuando venía crecido. Hasta la década de los sesenta esta zona del río era utilizada como lavadero por las mujeres de las calles limítrofes y era frecuente ver ropas tendidas en los matorrales que había junto al río.

Su nombre de calle La Guardia, le viene de que su trazado se hizo sobre la Cañada Real que iba de Martos a La Guardia de Jaén, conocido como el camino de La Guardia, siendo éste el único nombre que ha tenido hasta hoy.

Es ésta una calle tranquila y de poco tráfico y en la antigüedad, por su carácter de extrarradio, existían en ella varias cabrerizas siendo común en estas viviendas la existencia de "escotillones" en el suelo para facilitar el paso del ganado a los sótanos de las mismas, utilizados como corrales.

Un personaje de esta calle, que vivió al final de la misma, en la conocida "Lonjilla", fue Juan Antonio Cañadas, persona que carecía de ambas piernas y era muy popular entre los chiquillos por el kiosco de chucherías que tenían en la plaza del Ayuntamiento.

Localización en el plano

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Referencia

  • Informativo escolar "La Fuente" Nº 20 por Mª Ángeles Cabrera e Irene Pérez

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