Historia de Campillo de Arenas

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Historia de Campillo de Arenas

El pueblo fue fundado por Real Cédula de la reina doña Juana en 1508, pero sería Felipe II quien otorgase el título de villa en 1539.

Primeros Pobladores

El término municipal de Campillo de Arenas fue habitado por tiempos prehistóricos por el hombre, como lo demuetran los numerosos restos encontrados en los difenrentes lugares de la localidad pertenecientes al Paleolítico y Neolítico, como son las pinturas rupestes en forma esquemática encontradas en distintas cuevas. En la Edad de Bronce en su fase final (II milenio a.d.C.) tiene en Campillo de Arenas cierta importancia por el descubrimiento de un poblado argárico en Puerta de Arenas, cuyo hallazgo se produjo al hacer las obras del nuevo túnel. Los enterramientos encontrados son sepulturas de grandes losas con individuos detro, con sus ajuares en bronce y vasijas de barro. De este descubrimiento da cuenta Arturo Ruiz Rodríguez, profesor de Prehistoria del Colegio Universitario de Jaén, en el libro “Historia de Jaén”. De la Edad de Hierro (siglos VII y V a.d.C) hay fundamentos suficientes para asegurar que existieron poblados ibéricos.

Época Romana

Los primeros asentamientos romanos fueron campamentos, más tarde comenzaron a construir ciudades y los restos encontrados en la cortijada de Casablanca deben pertenecer a unos de estos campamentos. Los de la Cañada de las Viñas y los de la Iglesia Parroquial pueden tener importancia, ya que es posible que junto a ellos pasasen la vía romana que iba desde Cástulo a Carthago Nova; este es el trazado que tenía el principal Camino Real que los siglos XVI y XVII iba desde Granada a Toledo. Los restos romanos encontrados en Campillo de Arenas son de alguna importancia, apareciendo gran cantidad de trozos de vasijas, tejas romanas, aros de vidrio lacados, copas de bronce… En el yacimiento romano de la contijada de Casablanca han aparecido ultimamente dos figuras de bronce que representa a la diosa de la agricultura y un gallo en actitud de canto, así como vaarias monedas de la época Gallienus (253-263 a.d.C). En cuanto a la ciudad romana de “Viñolis”, algunos estudiosos la sitúan en Campillo de Arenas, aunque esta localidad se llamaba “Vergilia”, según noticia recogida por la revista provincial “D. Lope de Sosa”de 31 de mayo de 1914.

Época Visigoda

Los visigodos eran un pueblo muy culto que desarrolló una gran civilización que unificó a toda España bajo el mandato de los Reyes Godos. De esta época hemos se ha descubierto juntos a los cortijos de Casablanca, una serie de tumbas orientadas hacia el este, que corresponde a enterramientos visigodos sobre restos de la anterior civilización romana. En dichas tumbas han aparecido pendientes y sortijas de bronce, pero el descubrimiento más importante tuvo lugar a principio del siglo XX con el hallazgo de un tesoro visigótico, fue adquirido en el año 1926 por el Museo Arqueológico Nacional. Esta noticia fue recogida por la revista “D. Lope de Sosa” y que literalmente dice así: Objetos visigóticos, hallados en Campillo de Arenas. En el pasado año 1925, el Arqueológico Nacional ha adquirido una colección de objetos visigóticos hallados en sepulturas existentes en Campillo de Arenas. Entre ellos hay cuentas de vidrio, de collar; una pulsera de cobre, sortijas, alfileres y una hebilla. Los alfileres ofrecen la particularidad de ser su cabeza un chatón, donde estuvo engastada una pieza de piedra o vidrio”.

Época Árabe

La civilización árabe se desarrolló con gran esplendor en el sur de la Península, convirtiendo a Córdoba en la ciudad más culta e importante de Occidente. Los restos árabes que se conservan en Campillo de Arenas son de gran interés por el papel jugado en la frontera cristiano-árabe durante la Reconquista. El Cerro del Castillo conserva en su cumbre una del muchas fortalezas roqueras del Santo Reino, cuyos orígenes fueron árabes, aunque no se descarta que existiese con anterioridad una fortificación romana detectada en cierto muros con estas características. Esta vieja fortaleza formó parte del Reino Nazarita de Granada durante muchos siglos, hasta que fue conquistada por los Reyes Católicos, en el año 1486. De la importancia de estas históricas ruinas nos hablan numerosas crónicas de la época.

Cronica General de Alfonso X el Sabio


Los primeros datos sobre el Castillo de Arenas los encontramos en esta crónica, aunque dicha fortaleza no se nombre cuando Fernando III El Santo conquistó la ciudad de Jaén. En estas capitulaciones firmadas con motivo de la conquista de Jaén, no se define con claridad los límites de la frontera con los castillos que quedaron dentro y fuera de la misma, por lo que se piensa que el Castillo de Arenas quedó comprendido dentro de las tierras granadinas. Un año más tarde el Rey Alfonso X que entro con el ejército cristiano sitiando la capital nazarita y de esta manera, el Rey Muhammad II, para solicitar la paz, tuvo que hacerle entrega de varios castillos y entre ellos el de Arenas, que así fue conquistado por Alfonso X.

Cronica de Alfonso XI


En esta cronica se relata como el infante D. Pedro de Rota a los moros arrebantándoles, entre otros, el Castillo Arenas que posteriormente, en la batalla de Elvira (1319) el ejército granadino obtuvo un brillante triunfo sobre las tropas cristianas donde recuperaron las fortalezas perdidas anteriormente.

Crónica del Condestable D. Miguel Lucas de Iranzo


Los lances guerreros ocurridos en la frontera centro del reino nazarita tuvieron como escenario el Castillo de Arenas, cuya conquista fue siempre una obsesión para el condestable Lucas de Iranzo, que no pudo ver coronada con el éxito. Año 1462: Acabada las treguas que Enrique IV concedió a los moros, el condestable con seiscientos hombres de caballo y 2000 peones atacó el castillo de Campillo de Arenas el martes 20 de abril de 1462.

El combate fue muy intenso y de cinco puertas que tenía el castillo, dos fueron quemadas por los cristianos. No obstante no se llego a conquistar. El condestable envió desde Jaén treinta caballeros para preparar una emboscada a la guarnición de Campillo de Arenas. Les servía de espía un moro renegado, sobrino del Alcaide de Campillo. La emboscada no tuvo éxito.

Año 1463: El 3 de septiembre el condestable envía 40 peones al mando de Juan de Navarrete contra el Castillo de Campillo. Los cristianos hacen dos prisioneros. En el mes de noviembre Lucas de Iranzo envía 30 soldados para intentar apoderarse de Campillo, cosa que no llego a realizarse.

Año 1471: El Rey de Granada al enterarse de un proyecto cristiano de ataque a Campillo, envió a sus defensores. En este mismo año Iranzo escribe una carta al entonces Papa Sixto IV donde relata la apurada situación de Jaén ante el empuje de los moros, citando como de gran peligro para los cristianos, al Castillo de Arenas. Hoy el Castillo de Arenas se encuentra en un estado ruinoso tan avanzado, que puede hacer desaparecer tan memorables muros en un corto espacio de tiempo si no se busca fórmulas para sarvarlo.

Reconquista

Al finalizar el siglo XV, una vez terminada la Reconquista por lo Reyes Católicos, se sigue el proceso de repoblación de pueblos y ciudades abandonados por los moros en su forzada huída. Entre las Villas fundadas se encuentra Campillo de Arenas en 1539.

Varias Cédulas de Doña Juana la Loca, hicieron posible la fundación de las citadas villas, la primera de ellas fue firmada en Burgos el 17 de marzo de 1508 por el Rey Fernando el Católico, puso en marcha la fundación de Campillo de Arenas, donde existían varios cortijos, ventas de paso, una capilla dedicada al Santísimo Sacramento y un cementerio.

Pasaron varios años sin que se diera cumplimiento a la Real cédula, por lo que un grupo de vecinos de Jaén presentaron una demanda contra el Concejo, Justicia, Regidores y Cofradía de la Mesta en 1526 y el 19 de marzo de 1539 visita Campillo de Arenas Doña Juana la Loca.

La actividad desarrollada por el nuevo juez de su majestad en la fundación de Campillo de Arenas y el reparto de sus tierras, se dejó ver rápidamente, el 4 de junio de 1539. Esta fecha es histórica para este pueblo porque supone la puesta en marcha de una nueva comunidad dentro del conjunto de la recién conseguida unidad de España.

Campillo de Arenas, por pertenecer al Rey, era villa realenga. Sus 135 casas estaban habitadas por 222 vecinos. Las tierras estaban clasificadas de 1ª, 2ª, 3ª, calidad, la mayoría de secano y algunas huertas. Sus cultivos principales eran: Trigo, cebada y viña y en las huertas, árboles frutales y hortalizas; abundaba el monte con encinas y chaparros. El olivo se comenzó a plantar en estas fechas pero lentamente. Los buenos pastos alimentaba a una próspera ganadería de vacuno, yeguar, lanar, cabrío, de cerda, mular, caballar y asnal. La villa estaba atendida por 2 alcaldes ordinarios y 2 de hermandad, 1 médico, 1 boticario, 1 maestro de primeras letras, 1 procurador, 1 sindico, 1 alguacil mayor, 1 ministro ordinario, 1 escribano, 2 fieles de tercio, 1 carnicero, 4 panaderos, 3 hornos de pan, 2 mesones, 1 estanquero de tabacos, 2 tratantes de madera, 20 arrieros de carbón, 2 molinos de pan, 1 barbero, 2 maestros de albañil, 2 albaitares, 1 herrero, 1 sastre, 1 carpintero, 1 colmenero, 2 zapateros, 2 aladreros, 1 taberna, 1 hospital arruinado, 1 abastecedor de aguardiente, 2 tiendas de especería, 1 abastecedor de carne, 1 abastecedor de vino, vinagre, aceite y jabón, 78 jornaleros, 5 pastores de ganado y 4 pobres de solemnidad. En cuanto a lo religioso, la villa estaba asistida por 3 clérigos presbiteros, 1 administrador de fábrica de la iglesia, 1 colector de misas y memorias, 1 sacristan mayor y otro menor, 1 organista y 2 acólitos. Existían 7 cofradías con tierras y casas, varias capellanías y patronatos con rentas altas que dedicaban a misas y limosnas; la parroquia tenia grandes propiedades con buenas rentas que fueron perdiendo con el paso del tiempo.

El 24 de diciembre de 1559, hombres de Campillo de Arenas pidieron al rey Felipe II que concediera el privilegio de exención de la jurisdicción de Jaén, tomando el título de villa con todos los derechos y obligaciones consiguientes. Desde este momento los vecinos se comprometían a servir y a socorrer al Rey en los grandes de las guerras contra el Rey de Francia; guardar y proveer las fronteras del reino con los de Africa; ayudar a pagar la galeras y otros gastos con la cantidad de 350.000 mrs. Ante esto el Rey hace saber a la ciudad de Jaén así como las demás villas, que no se entremetan en los asuntos de la villa de Campillo de Arenas, so pena de ser castigados por las leyes vigentes del Reino.

Campillo de Arenas es ejemplo de villa ordenada conforme a un plan previsto desde su fundación. Se comienza a trazar partiendo de dos calles pricipales, pasando por la plaza y sobre el antiguo camino que unia Jaén con Granada.

Los nombres que recibieron las primeras calles y edificios públicos, con sus fechas, fueron los siguientes:


Trienio Liberal

Para valorar la importancia de un hecho singular que tuvo lugar en Campillo de Arenas durante el Trienio Liberal (1820-1823), hay que analizar unos documentos relativos a este periodo, existentes en el [[archivo Histórico Municipal de Jaén y situarnos en el contexto histórico de época. Uno de los personajes que intervino en la Batalla de Campillo de Arenas por parte del ejército francés fue el Mariscal de Francia Gabriel Juan José, conde de Molior que lucho con Napoleón en esta localidad venciéndolo y ocupó Málaga y Alicante. La trascendencia que tuvo esta batalla, dado que fue el único enfrentamiento entre las tropas constitucionales y una parte del ejército francés encargado de devolver la autoridad real a Fernando VII, sirvió de fundamento a las capitulaciones firmadas el 4 de agosto de 1823, en la que ejército constitucional se rindió a los franceses perdiéndose Granada, Málaga y Alicante para la causa liberal. Los documentos existentes en el Archivo Histórico Municipal de Jaén son un testimonio de gran valor para conocer la triste tragedia vivida por los vecinos de Campillo de Arenas en esta confrontación entre tropas realistas y liberales.

Por estas fechas la villa tenía 1500 habitantes y era conocida como el pueblo de más inferior calidad en sus terrenos y menos industria en sus habitantes, estaba gravado con la excesiva cuota de 41.884 reales de contribución. Esto nos da idea de los apuros económicos que sus vecinos venían arrastrando. Si a esta situación de escasez se le unen los saqueos realizados por las tropas de uno y otro bando, las cuales se dedicaron a confiscar y a destruir casas y haciendas, podemos imaginar la terrible situación que se vivía en el lugar en esa época. De la huellas que estos sucesos dejaron en la población de Campillo de Arenas, puede ser fiel reflejo lo que el escritor francés Próspero Merimé contó a la familia de la emperatriz Eugenia de Montijo en 1830 cuando paso por la villa: "En Campillo de Arenas he visitado un hermoso castillo moro en ruinas; el guía me explicó que un grupo de soldados franceses arrastraron sus cañones por caminos intransitables haciendo gala de valentía y heroísmo".




Campillo de Arenas y los grandes viajeros de todos los tiempos Los caballeros que viajaban en aquellas frágiles diligencias recuperaban fuerzas en las típicas posadas campillenses, siendo muchos los ilustres personajes e hispanistas extranjeros los que pasaron por esta localidad y dejaron noticias escritas de esta villa en sus libros de viaje. Siglo XIX: El gran hispanista francés Mauricio Bares durmió en Campillo de Arenas, donde el posadero "me contó extrañas leyendas de moros y cristianos". También pasó por la villa de Campillo de Arenas el famoso bandido José María El Tempranillo y Luis Candelas. 1830 El barón Chares Daviller (caballerizo de Napoleón III) estuvo en Campillo (1862) acompañado del célebre grabador francés Gustavo Doré, Francisco Bertou, Teófilo Gautier, M. Boisel, Goullet, Alejandro Dumas (autor de los Tres Mosqueteros.) Pero de todos los viajeros que han pasado por Campillo quien dejó más notas en libros y revistas fue Richard Ford. La carretera ha hecho posible que pasaran y pararan personajes como Francisco Franco y su esposa, el ex presidente de Francia De Gaullet, el obispo Doctor Peinado, Ministros y tantos otros personajes cuya lista sería interminable.

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