Santiago Cortés González
Santiago Cortés y González (Valdepeñas de Jaén, 7 de junio de 1897 - 2 de mayo de 1937), fue un militar español, que dirigió la defensa del Santuario de Nuestra Señora de la Cabeza, acaecida durante la Guerra Civil Española.
Nacimiento e ingreso en el ejército
Hijo de Rafael Cortés Carrillo y Ana González Mesa. Se matriculó en las Facultades de Medicina y Farmacia de la Universidad de Granada siguiendo el deseo su la familia, pero al llamarle la vida militar, ingresó en 1917 en la 25ª promoción de la Academia de Infantería de Toledo. Fue destinado a Pamplona y Granada y, en 1921, a Melilla. Al siguiente fue destinado al Batallón de Cazadores del Regimiento Alba de Tormes con base en Larache.
En marzo de 1925, ingresó en la Guardia Civil, y realizó las prácticas de oficial en Andújar. Fue ascendido a Capitán, durante la revolución de 1934.
Guerra Civil
En agosto de 1936, a la espera del fin de la guerra, se trasladó al Santuario de Nuestra Señora de la Cabeza, cercano a Andújar, junto con 165 guardias civiles, familiares de éstos, 44 paisanos y cuatro sacerdotes. En total, 1.135 personas.
El santuario fue asediado por las fuerzas defensoras de la República durante ocho meses y fue bombardeado desde el aire.
El protagonista de la última jornada de asedio, fue el carro de combabe de fabricación soviética T-26.
Durante este último día de combate, en el puesto de mando republicano se encontraban el diputado comunista Pedro Martínez Cartón, que estuvo al mando de la XVI Brigada mixta, el comandante José Pérez Gazzolo y el poeta Miguel Hernández.
El 1 de mayo de 1937 con el Santuario reducido a escombros cae herido de muerte el capitán Santiago Cortés por el impacto de una granada de artillería. La moral decae y finalmente el Santuario es tomado por soldados de la República
El Teniente Coronel Antonio Cordón García, jefe de las operaciones del ejército republicano, lo describió así en sus memorias:
«Era un jefe sereno pero justo, que no permitía el menor atentado a la disciplina y que no admitía privilegios, ni siquiera para sus hijos, en el reparto de víveres o efectos, y era el primero en cumplir las órdenes que daba para el destacamento.»
Su cuerpo fue enterrado en una fosa común del cementerio de Andújar. Tras la guerra civil, el 16 de abril de 1945, una vez reconstruido el santuario, su cuerpo fue trasladado a la cripta creada en los sótanos del mismo.
Condecoraciones
Se le concedió la Cruz Laureada de San Fernando por las acciones acaecidas en el santuario el 9 de noviembre de 1937 por el gobierno que resultó de la sublevación militar.
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