Escudo de Rus (Rus)
Escudo
Antecedentes
El Pleno de la Corporación Municipal de 5 de marzo de 1.977, acordó solicitar, del entonces Ministerio de la Gobernación, proponer al Consejo de Ministros, la concesión y adopción de Escudo Heráldico Municipal. Tras los trámites preceptivos, por Real Decreto 2.864/77 de 28 de octubre (BOE de 19 de noviembre de 1977), dictado a propuesta del entonces Ministerio del Interior y previa deliberación del Consejo de Ministros, se autorizó al Ayuntamiento de Rus (Jaén), para adoptar su escudo heráldico municipal con la siguiente descripción: “de oro, la banda de sable, engolada en dragantes de sinople; la bordura de gules, trayendo en el jefe en letras de oro: R.P. RURADENSIUM. Al timbre, corona real cerrada”.
La adopción del blasón y su uso como sello municipal, se acordaron en sesión plenaria celebrada el 5 de diciembre de 1977.
El escudo heráldico municipal fue inscrito en el Registro Andaluz de Entidades Locales por Resolución de 30 de noviembre de 2004 de la Dirección General de Administración Local de la Consejería de Gobernación de la Junta de Andalucía (BOJA nº 246 de 20 de diciembre de 2004).
Simbología
Se simbolizan en él los hechos más relevantes y peculiares de nuestro pasado histórico. Las armas que Alfonso XI otorgó a Alvar Sánchez de Rus, cuyo apellido le dio a nuestra Villa, por su participación en la batalla del río Salado en 1340 y así honrar la memoria de quien supo dar gloria a nuestro pueblo.
El documento histórico se puede leer en “Nobleza de Andalucía”, de Gonzalo Argote de Molina en su página 417, y dice así:
“Por escrituras antiguas, consta haberse hallado en la batalla del Salado, Alvar Sánchez de Rus, hijodalgo principal de la ciudad de Baeza, cuyo apellido le dio lugar de Rus, que hoy es de la misma Ciudad, donde era heredado. Y asimismo haberle dado el rey la orden de la caballería de la banda y por armas la misma banda negra con cabezas de sierpe verdes en campo de oro, de la cual usaron sus descendientes y fueron principales de la misma ciudad”.
La Corona Real Cerrada, es el signo de que la villa es una parte integrante de la totalidad del Reino.
Se le añadió la bordura de gules, que representa el carácter forzado de los hombres y mujeres de nuestro pueblo, demostrado a lo largo de su historia. En la bordura de gules se coloca la inscripción en oro de R.P. RURADENSIUM, nombre latino que se le atribuye a nuestro pueblo.
Fundamentos Históricos
En la obra "Nobleza de Andalucía", de Gonzalo Argote de Molina, aparecen más referencias en la página 48, tomo I y II, editado por el Instituto de Estudios Giennenses, que dice así:
“El pueblo de los Ruradenses, parece haber sido junto a la ciudad de Baeza. Hállase a media legua de ella, en una ermita que se llama 'Nuestra Señora de la Yedra', un pedestal romano con un letrero que dice así:
IMP. CAESARI
AVRELIO SEVERO P.P. TRIVM-
VIR ADIABENICO PARTTHI-
CO. P. MAXIMO TRIB. POTES.
XI. COS. II. ???????? SAPIENTI. R.
P. RVRADENSIUM EX. P. P. IN
PARIO. M.
D. D.
En castellano dice así:
“Al padre de la Patria, Marco Aurelio Severo Emperador, uno de los tres varones gobernadores del Imperio, vencedor de los adeabénicos y de los parttos, Pontífice máximo y XI veces de potestad tribunicia, Cónsul dos veces y sabio. La República Ruradense, a costa del pueblo en mármol blanco de Paros, dio y dedicó esta memoria”.
También, el historiador Miguel Cortés, citando a Ambrosio de Morales y a la colección de Masdeu, dice lo siguiente:
“RURADIA. Es una inscripción que hallamos copiada en la colección de Masdeu, tomo 6, página 483, en que se lee una dedicatoria al emperador Septimio Severo, aparece como dedicante la República de los Ruradenses, cuya capital dominante debió llamarse Ruradia. El sitio donde se halló, fue no lejos de Baeza, y por aquellas cercanías, se encuentra el pueblo llamado Rus. Si éste, a la analogía del nombre reuniera algunos indicios de antigüedad romana, parece el más a propósito para fijar la correspondencia de esta ciudad antigua.
La antigua Ruradia estaría por ventura donde hoy Rus, a unas cuatro millas de Baeza, pues allí mismo leyó Morales la inscripción en una basa de estatua, y el nombre moderno no desdice del antiguo”.
La inscripción se puede tomar en el “Catálogo de las inscripciones romanas del antiguo reino de Jaén”, de Manuel Acedo, y dice así:
“La República de los Ruradenses, determinó que se erigiese una estatua al Emperador César Lucio Septimio Severo, Pío Pertinaz Augusto, vencedor de los Árabes, Adiavenos y Parthos. Pontífice Máximo, Tribuno del pueblo. Capitán General por undécima vez. Cónsul por segunda vez; por haber reparado la pública libertad”.
Argumentación
El Cronista Oficial de la Villa de Rus (Jaén), D. Diego Ramírez Poyatos, como fruto de sus investigaciones en diferentes archivos históricos municipales, ha reflejado en sus libros y demás publicaciones, aspectos arquitectónicos y de la vida política, municipal, sindical, social, económica, cultural, religiosa, militar, educativa, festiva y costumbrista.
Resumiendo, mostrando la idiosincrasia y la personalidad colectiva de un pueblo forjadas por los avatares de los tiempos. Un pueblo con estilo propio y singular basado en el amor hacia su tierra, con un espíritu vitalista, acogedor y emprendedor y con voluntad y ansias de progreso desde sus orígenes y en especial, desde la consecución de la segregación e independencia de Baeza en 1628 por la Real Cédula de Felipe IV y que originó un lastre económico del que supo salir airoso con dedicación y esfuerzo.
Sobreponiéndose a las adversidades y buscando nuevas alternativas de subsistencia (agricultores, arrieros y comerciantes del siglo XVII, carboneros, caleros y yeseros del siglo XVIII, XIX y XX o la que fue floreciente industria textil reciente) o buscando la prosperidad en otras tierras cuando éstas no le daban el sustento por motivos variados (sequías, hacienda en manos de unos pocos, malas cosechas...).
Creador de una simbiosis perfecta entre lo tradicional y lo novedoso puesto de manifiesto en fiestas, costumbres, vocabulario, nombres de calles y gastronomía, como prueba ineludible de la huellas que han dejado las distintas civilizaciones (romanos, visigodos y musulmanes) que se han asentado a lo largo de los años en sus tierras. Vestigios del pasado en el Hipogeo de Valdecanales y el Hipogeo de La Veguilla, en el poblado de la Torre del Obispo (antigua Tiédar) y en el Torreón Árabe; en las ancestrales y singulares “Fiesta de Mozos” (máscaras y segunda procesión de Jesús Sacramentado el penúltimo domingo de septiembre desde 1682, por privilegio otorgado a Rus y única en nuestra provincia) y “San Blas” (se tiene constancia de su celebración anterior a 1633) o los nombres de calles y parajes que aún perduran (Zigotal, Zacatín Valcuende, Borrucosa, Fuenmarina o Alcobilla).
Un pueblo derrochador de valentía en pro de la defensa de la libertad y la justicia cuando los acontecimientos históricos españoles se lo demandaban. Cualidad que, junto a la sabiduría y la inteligencia, heredados de nuestros antepasados ruradenses quienes fueron capaces de que se le reconociese la “pública libertad” por el emperador Septimio Severo, constituyen parte del gran bagaje humano y solidario de sus habitantes.
Todas estas cualidades que adornan al ruseño, se complementan con las del honor y la lealtad de todos los que supieron dar gloria a nuestra Villa a lo largo de los tiempos y en cualquier aspecto de la vida política, militar, económica, educativa, religiosa, artística y cultural, quedando constancia de ello en la bibliografía mencionada y su Archivo Histórico Municipal. Honor, lealtad y gloria simbolizados en el mencionado Alvar Sánchez de Rus.
Principales editores del artículo
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