Acción de Arquillos
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Apenas el sol se asomaba por la línea del horizonte en esa gélida mañana del día 21 de enero de 1810. Nada, aparentemente, podía hacer pensar a nuestros paisanos que, en las inmediaciones de nuestro querido [[Arquillos]], apenas comenzaba una jornada de gran trascendencia para la funesta guerra que libraban, como uno solo, el pueblo y los militares españoles: frente a ellos, la más perfecta maquinaria bélica que se había paseado por la vieja Europa desde hacía muchos siglos: el ejército napoleónico... La Grande Armée .Así pues, ese día se antojaba como uno más de los desarrollados a lo largo de la conocida como Guerra de la Independencia.
Esta contienda se originó como consecuencia de la ocupación francesa de buena parte del terrritorio español, con la excusa de tomar posiciones para un posterior apoyo logístico en la pretendida invasión hispano-francesa del reino de Portugal (según lo acordado en Fontainebleau el 27 de octubre de 1807), país que no acataba el mandato de Napoleón I de no comerciar con el gran enemigo francés, como era la Inglaterra de Jorge III, durante el llamado Bloqueo Continental.
Pero el estallido de la insurrección nacionalista española hay que buscarlo el 2 de mayo de 1808 cuando, en un ambiente de gran inestabilidad política, el pueblo de Madrid asaltó a la guarnición francesa de la capital con el pretexto de evitar un supuesto traslado a la fuerza del menor de los hijos del rey "Carlos IV", el infante Francisco de Paula, a la ciudad francesa de Bayona donde se encontraba recluída la familia real.
Este levantamiento popular condujo a una cruel represión francesa en los días posteriores, mitificando, con ello los sucesos ocurridos en Madrid y extendiendo el odio hacia el ejército invasor por toda España. Pero no es el momento de comentar el desarrollo conflictivo en los meses posteriores a los hechos antes mencionados: así, nos centraremos en el bicentenario de lo que se conoce como "la Acción de Arquillos".
No debe entenderse este episodio como propiamente una batalla al uso, sino más bien como una refriega ocurrida dentro de una campaña desarrollada a lo lago de todo el frente de la Sierra Morena jiennense, en la que el ejército encargado de defender la entrada natural de Andalucía por Despeñaperros, al mando de los generales Areizaga y Castejón, debido emprender la retirada ante la poderosa acometida francesa, comandada por uno de los más prestigiosos y afamados mariscales napoleónicos, como era Horace Sebastiani, y que concluyó ante las murallas de Cádiz, ciudad a la que sometió a duro sitio, después de tomar brillantemente las ciudades de Jaén, Granada, Córdoba y Sevilla.
De este modo, el día 20 de enero de 1810, en una acción coordinada del ejército imperial francés, se desarticuló la línea defensiva española dispuesta entre el Puerto del Muradal y Santa Elena, cuando, a la altura de Las Correderas, las fuerzas españolas fueron sorprendidas por retaguardia por un genial avance de la caballería gala, disolviéndose aquellas apresuradamente, tanto que se predieron 15 cañones y numerosos prisioneros.Mientras que por los cerros se refugiaban algunos soldados españoles, el resto se retiró hacia Arquillos, en dirección hacia Jaén, con la esperanza de ponerse a salvo ante la llegada de los enemigos. Diferentes acciones se precipitaron ese día por Sierra Morena, pero fue en la siguiente jornada cuando los restos de los defensores españoles que retrocedían desde Despeñaperros se encontraron en las inmediaciones de nuestro pueblo, cerca del Río Guadalimar, con el ejército de Sebastiani que había atravesado la sierra por la zona de Montizón.
Las fuerzas localizadas en Arquillos estaban al mando del general Castejón y se componían, fundamentalmente, de los restos del Regimiento de Málaga, conocido como el Fijo de Málaga, al mando del Capitán Vicente Moreno Baptista, hombre de gran valor y coraje que, según indican las crónicas, logró salvar su vida junto con apenas unos pocos de sus subordinados y algunos mandos.
Fue esta "acción de Arquillos", junto con los graves fallos en la planificación táctica de las batallas, como ya había ocurrido en Ocaña unos meses antes y que habían conducido al desastre al ejército hispano, lo que motivó al capitán Moreno a crear, bajo su mando, una "guerrilla" que se encaminó en cuanto lo fue posible hacia su tierra natal malagueña. Desde las sierras circundantes a la capital, Vicente Moreno mantuvo un continuo hostigamiento a las tropas francesas hasta que , traicionado por un español a cambio de dinero, fue hecho preso y ejecutado en la ciudad de Granada el 10 de Agosto de 1810. Con todo, sabemos por la Historia que , pese a los serios problemas de coordinación en el ejército español y la falta de recursos, la serie de acontecimientos que sucedieron a los que hemos presentado más arriba, resultaron felices para los intereses de España, pues esta terrible guerra llegaría a su fin allá por 1814 con la retirada de los franceses y la llegada del nuevo rey, el tan denostado Fernado VII el Deseado, después de la firma del tratado de "Valençay".
Debemos sentirnos orgullosos de haber sido nuestro pueblo escenario de un episodio histórico, y sin duda heróico, dentro de este enfrentamiento entre tan poderosas potencias, pues héroes fueron todos aquellos que derramaron su sangre por defender su tierra y su libertad. Sin embargo, es necesario reclacar que tanto los unos como los otros fueron víctimas de su tiempo, de una época de conflictos casi continuos, de dolor y de muerte, pero también de una gran esperanza y determinación colectiva en la formación de esa identidad, tan plural, que llamamos España. Como expresaría con pesar el propio Napoleón I en su destierro final en la "Isal de Santa Elena". "Esa maldita Guerra de España fue la causa primera de todas las desgracias de Francia. Todas las circunstancias de mis desastres se relacionan con este nudo fatal: destruyó mi autoridad moral en Europa, complicó mis dificultades, abrió una escuela a los soldados infleses... esta maldita guerra me ha perdido."
Referencia
Martínez Jiménez, José Joaquín (Cronista Oficial de la Villa de Arquillos):
- Diccionario Biográfico del Trienio Liberal. Madrid: El Museo Universal, 1991.
- Diego García, Emilio de. España, el infierno de Napoleón.Madrid, 2008 Biblioteca de Autores Españoles, Vol. 64. Bonaventrura Carles Aribau, 1872
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